En breve
• Jóvenes arizonenses de familias de estatus mixto y Dreamers que luchan por los derechos humanos abogaron con éxito para incluir una derogación parcial de la Proposición 300 en la boleta electoral.
• Parte de la propuesta, aprobada en 2006, niega la matrícula estatal a los estudiantes indocumentados sin importar cuántos años hayan vivido en Arizona.
• La iniciativa para que los votantes decidan las tasas de matrícula universitaria para estudiantes indocumentados estará en la boleta electoral de noviembre del 2022.
Helen Sánchez mira el calendario cada día. Lentamente da la vuelta a la hoja para agregar un mes más a su vida.
A sus 19 años, la joven de ascendencia mexicana siente que el tiempo no avanza. Mira su reloj, esperando.

Cada segundo.
Cada segundo.
Cada segundo.
El tiempo significa un paso más, un sueño más para llegar a la mayoría de edad: 21 años.
Helen estudia en la Universidad de Arizona para ser médico. Para la mayoría de sus compañeros de clase, llegar a los 21 años es un momento para celebrar y al fin poder entrar a un bar legalmente.
Pero para Helen, cumplir 21 años significa poder respirar y sentirse segura. Porque para ella, tener padres indocumentados es como vivir entre dos mundos, contando cada segundo, cada respiración hasta que ella tenga la edad suficiente para patrocinar a sus padres y ver si califican para una tarjeta verde.
En un mundo, ella y su hermanos viven con todos los derechos que se reciben al nacer de este lado de la frontera Arizona-México.
En el otro mundo viven con la pena, el miedo y el trauma de saber que tus queridos padres no tienen la misma protección bajo la ley.
En ambos mundos, Helen se siente protegida con su familia. Pero entiende la realidad de vivir con un destino como el de muchos latinos con familiares sin documentos en Arizona.
En inglés: Mixed-status families. En español: Familias con estatus mixto.
No importa el idioma; el destino es el mismo: Helen sabe que sus padres no tienen los mismos derechos, ni civiles ni humanos, de los que ella goza.
“Vengo de una familia de estatus mixto, eso significa que mis padres no tienen estatus legal en este país, pero mis hermanos y yo sí”, dijo Helen.
Escuchar a jóvenes estudiantes indocumentados hablar sobre sus vidas, cambió la forma en que vio su propio privilegio.
“Tengo una voz en la comunidad. Tengo estatus legal. Debería poder hacer algo al respecto”. dijo.
Se estima que 16,7 millones de personas pertenecen a familias de estatus mixto, y que 8,2 millones de personas que nacieron en los Estados Unidos o son ciudadanos naturalizados estadounidenses viven en estos hogares.
En Arizona, miles de ciudadanos como Helen, con familiares sin documentos, han alzado su voz y han tomado de la mano a sus madres, padres, y amigos.
Todos están trabajando para cambiar las leyes en Arizona y los Estados Unidos. Siguen en la lucha para mejorar vidas.
Sus esfuerzos ya están rindiendo dividendos: en Arizona ha cobrado fuerza una acción política para inmigrantes indocumentados y su futuro en la educación — algo que pocas personas consideraban posible en un estado con un pasado tan antiinmigrante.
Se trata de una propuesta legislativa, a definirse en noviembre, que podría ayudar a estudiantes inmigrantes jóvenes.
Está en manos de los votantes de Arizona decidir si graduados de secundaria indocumentados que han vivido en el estado al menos dos años podrán pagar colegiaturas como residentes del estado en universidades y colegios comunitarios.
Al menos 19 estados ofrecen matrícula universitaria estatal a los estudiantes indocumentados, incluyendo Texas, Florida y Arkansas. La propuesta es una oportunidad para mejorar la economía para todos en Arizona, dicen académicos y políticos.
Pero sería un cambio sísmico en Arizona, estado que el presidente anterior, Donald Trump, eligió como modelo para comunicar sus políticas anti-inmigrantes. El estado donde nació la ley SB1070, reconocida como acción política para criminalizar la presencia de los inmigrantes, y entró en vigor en el 2010.
La legislatura, de mayoría republicana, sorprendió a muchos cuando votó a favor de la iniciativa que deja que los votantes decidan si debe revocarse parte de la Proposición 300. Esa proposición de 2006, que tuvo el apoyo de votantes en Arizona, le negó varios servicios públicos a las familias indocumentadas.
Pero han pasado 15 años.
Ahora, la fuerza de estos jóvenes de familias con estatus mixto, los “Dreamers”, o soñadores, los ciudadanos y los sin ciudadanía, se vio reflejada cuando fueron de puerta en puerta hablando con líderes de comunidades y políticos de Arizona.
Unidos con organizaciones como Aliento, que luchan por los derechos de familias indocumentadas, los jóvenes de estas familias han tratado de modificar las leyes creando estrategias para enviar a la boleta electoral del 2022 esta resolución legislativa que permitiría que los estudiantes indocumentados accedan a colegiaturas igualitarias. Y creando estrategias para convencer a los votantes en los próximos nueve meses.
El activismo de Dreamers y las familias con estatus mixto cuenta con nuevo apoyo de organizaciones estatales que se dedican a mejorar la educación de los latinos y la economía de Arizona. También por primera vez tienen apoyo de un pequeño, pero importante número de líderes republicanos que votaron con demócratas en la legislatura a favor de la resolución de educación.
Es un momento histórico y señal de que hay bastante arizonenses dispuestos a denunciar el pasado anti-inmigrante de Arizona, expresan los defensores de los jóvenes indocumentados. Los cuatro republicanos que apoyaron el movimiento coinciden en que es un paso importante para el futuro económico de Arizona.
Queda por ver si la creciente coalición influirá en los votantes de Arizona. Pero líderes como Stephanie Parra, máxima ejecutiva de la organización ALL in Education, dicen que el estado está en un momento en que la gente está considerando la justicia y equidad, incluso para los jóvenes latinos y quieren oportunidades mejores para todos los estudiantes en Arizona.
“Ellos son el futuro de la fuerza laboral, son los conductores de nuestra economía, son los futuros líderes que tendrán la responsabilidad de determinar cómo será Arizona en el futuro. Le pido a cada uno de ustedes tomar una posición, y unirnos creando el cambio que necesitamos en nuestras comunidades”, dijo Parra en un 2021 reporte sobre la educación.
“Es hora de un cambio transformador. Es hora de priorizar la equidad, la justicia y oportunidades para todos los estudiantes”.
¿Un beneficio económico para Arizona?
Aumentar el número de personas que se gradúa de la universidad contribuye $660,000 por cada estudiante a la economía de Arizona, incluso ingresos adicionales, pago de más impuestos y menos dependencia de los servicios sociales, según estudios de College Success Arizona.
También aumentar el número de personas de todas las etnias y razas, específicamente los latinos, que se gradúan de la universidad al mismo número de la población blanca, resulta en $2.3 mil millones de ganancias económicas y sociales para cada clase de graduación.
La iniciativa podría ayudar a miles de estudiantes indocumentados que quieren seguir con su educación universitaria.
Ahora los jóvenes están en la lucha, explicándoles a los arizonenses porque deben revocar parte del Proposición 300, la cual hizo difícil que los estudiantes indocumentados asistieran a las universidades porque estaban obligados a pagar por su educación como estudiantes que viven fuera del estado -– que es el triple de lo que paga un residente de Arizona — sin importar cuántos años llevaban viviendo en Arizona.
Si recibe el apoyo de los votantes, la iniciativa va cambiar la vida de aproximadamente 2000 estudiantes indocumentados anualmente que se gradúan del secundario, según estudios del Instituto de Políticas Migratorias.
En total, 27 republicanos, algunos usando la misma retórica xenófoba que ha deshumanizado a los inmigrantes sin estatus migratorio legal, votaron en mayo en contra de la propuesta. La Legislatura de Arizona queda controlada por el Partido Republicano.
El legislador John Fillmore, republicano y empresario que representa a la ciudad de Apache Junction en la Cámara de Representantes de Arizona, votó en contra y denunció a los inmigrantes indocumentados.
“Los estadounidenses no deberían tener que pagar por extranjeros, ilegales, dándoles un estatus privilegiado por su traspaso e invasión a Estados Unidos”, dijo Fillmore.
El sentir de estos republicanos, como el caso de Fillmore, es lo que impulsó a jóvenes soñadores y sus defensores a iniciar una férrea lucha para educar a los legisladores sobre la importancia de obtener derecho a una educación digna en este país.
Por esa razón cuatro republicanos se unieron con 29 demócratas para aprobar la propuesta, lo cual indica que las políticas en Arizona están cambiando debido a la lucha de familias de estatus mixto y soñadores.
Una legisladora republicana y maestra de parte de los inmigrantes

La legisladora Michelle Udall, republicana que representa a la ciudad de Mesa en la Cámara de Representantes de Arizona y también maestra de secundaria, votó con los demócratas.
Explicó la legisladora que la iniciativa es un beneficio económico para Arizona y una solución humanitaria para apoyar a niños inmigrantes e indocumentados.
“Creo que significa mucho para el bienestar de nuestro estado en el futuro”, dijo Udall. “Tenemos empresas ubicándose aquí y nuevas empresas comenzando aquí, pero sin un número mayor de graduados universitarios para sostener esas empresas, estas tendencias no pueden mantenerse”.
“Necesitamos más jóvenes con educación universitaria para que se conviertan en maestros, trabajadores de salud, abogados, ingenieros y muchas otras ocupaciones para mejorar el futuro, especialmente si queremos seguir bajando los impuestos”.
Dijo Udall que es el momento de considerar los efectos de las leyes de Arizona dirigidas en contra de los niños inmigrantes cuando el gobierno federal no ha logrado ponerse de acuerdo sobre una reforma migratoria.
“Los jóvenes que este proyecto de ley quiere ayudar no deben ser culpados ni juzgados por las acciones de otros”, dijo.
Udall habló sobre las barreras a la educación.
“No podemos continuar manteniéndolos como rehenes … atrapados en una situación que no han creado, pero todavía enfrentan restricciones para obtener la educación que necesitan para poder mantenerse a sí mismos y a sus familias”, dijo.
La legisladora le habló directamente “a los estudiantes que se beneficiarán de este proyecto de ley si se aprueba en las urnas en 2022, lo cual sucederá”.
“Aprovechen esta oportunidad de obtener una buena educación, ir a la universidad, no será fácil”, dijo. “Ya han aprendido lo que significa perseverar ante las dificultades”.
En sus comentarios finales, agradeció a una soñadora de México que la ayudó a comprender por qué la iniciativa es crítica y que nunca dejó de creer que podría apelar a los corazones de los arizonenses.
“Para este proyecto de ley, la cara en la que pienso cada vez que creía que no podíamos hacerlo era en Reyna Montoya”, dijo Udall. “Ella ha sido una gran inspiración para mí y para otros, por lo que en su honor estoy orgulloso de votar sí”.
La Legislatura Estatal de Arizona tiene una mayoría republicana que ha apoyado demasiadas leyes anti-inmigrantes. Pero ahora, muchos votantes apoyan a los jóvenes indocumentados.
Una encuesta realizada por la Coalición Americana de Inmigración Empresarial y FWD.us en 2021, halló que los arizonenses, incluso los que votaron por Trump, apoyan un camino hacia la ciudadanía para los soñadores, campesinos y trabajadores esenciales. Entre los 323 arizonenses encuestados, 61% de los que votaron por Trump y 66% de los votantes conservadores dijeron apoyar un camino hacia la ciudadanía para los Dreamers. En total, 78% de los encuestados apoyan este camino para los soñadores.
Los expertos políticos reconocen el movimiento progresivo en un estado donde los latinos ayudaron a elegir a Joe Biden, uno de sólo dos demócratas en la historia contemporánea (desde 1948) que ha ganado los votos electorales de Arizona en una elección presidencial. La última vez fue en 1996, con Bill Clinton.
Cómo Arizona está cambiando políticamente también está cambiando el poder político de las familias con estatus mixto que luchan por sus derechos civiles y humanos.
Soluciones para todos los niños de Arizona
Parra, la máxima ejecutiva de ALL in Education, ha señalado las brechas de oportunidades generalizadas para latinos, incluidas las barreras en la representación equitativa en los roles de representación entre liderazgo en la política, las escuelas y otros sistemas.
Parra habló también sobre las penas que Arizona ha impuesto a los estudiantes que temen que sus padres sean deportados o que se preocupan de que su estatus migratorio limite sus oportunidades en la vida.
Se estima que el 46% de los 1.1 millones de estudiantes en las escuelas primaria y secundaria de Arizona son latinos o latinas, pero según expertos académicos y económicos, el estado no ha apoyado equitativamente su acceso a títulos universitarios.
Las tasas de graduación universitaria latina en Arizona fueron del 13,3%, por debajo del promedio nacional y muy por debajo de la tasa del 30,8% para los residentes blancos, según un estudio de la Universidad de Arizona de 2019.
Organizaciones sin fines de lucro, líderes locales y estatales y grupos de comunidades se están uniendo para luchar por soluciones que logren la equidad para todos los estudiantes.
Helios Education Foundation se encuentra entre esos grupos que se enfocan en el logro universitario para comunidades de bajos ingresos y sin representación en Arizona. Han promovido estrategias para el éxito de los estudiantes latinos. Esas estrategias incluyen:
- Que los estudiantes estén leyendo a nivel de tercer grado.
- Aumentar el número que continúa a la universidad
- Aumentar el logro de títulos universitarios de dos a cuatro años.
“Helios busca soluciones para que todos los niños de Arizona tengan todo el potencial para tener éxito en un camino educativo que los llevará a donde quieren ir”, dice el estudio.
“Los datos sobre futuras oportunidades económicas para Arizona son positivos, el mayor desafío que revela nuestra investigación es qué tan bien el estado prepara a los estudiantes para la universidad y las carreras. Pero desde el principio, los estudiantes latinos parecen estar en desventaja, especialmente en comparación con sus compañeros blancos”.
Con un 25,5%, los estudiantes latinos están significativamente subrepresentados en las tres universidades públicas de Arizona, específicamente en comparación con los estudiantes blancos con un 51%, según el estudio.
Para que Arizona tenga éxito, los niños latinos, que se espera que representen el 50% de la población estudiantil de Arizona para 2026, deben tener el mismo éxito que los niños blancos en Arizona, dicen los expertos de la educación de Helios.
Los estudiantes y activistas en la lucha

Juan Carlos, especialista en computadoras
En esa oscuridad en la que en ocasiones se sumergen los inmigrantes al pensar que no existen alternativas para un mejor futuro en este país, se encontraba Juan Carlos Cisneros.
Juan Carlos al percatarse que no podría continuar con una carrera profesional, no obstante la dedicación en sus estudios, pensó que no había soluciones y oportunidades. Un niño de escuela secundaria consideró el suicidio.
“Terminando la Elementary School la mamá de un compañero me preguntó por qué hacía tanto voluntariado, ya que como indocumentado no iba a poder ir a la universidad, ni trabajar”, dijo. “Fue muy difícil enfocarme sabiendo lo que me dijo, así que en mi segundo año de preparatoria casi cometí suicidio”.
Pero fue gracias a un compañero que lo conectó con Aliento donde encontró el apoyo para salir de las penumbras y entender que existen diferentes caminos para lograr los objetivos, como el programa DACA.
“Me ayudaron a ser feliz con lo que soy, seguir trabajando en lo que quiero y me asesoraron para encontrar formas de pagar mi colegio”, dijo.
Muchos Dreamers califican para Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA. El ex presidente Barack Obama creó el programa en 2012 para ofrecer protección contra la deportación y permiso temporal para trabajar a jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.
Juan Carlos emigró de Nogales, México a Arizona en 2008, debido a una complicación médica que le afectaba el corazón y los pulmones, además de la violencia que acechaba a su familia.
Actualmente, es un Dreamer. Estudia ciencias en computación en Benedictine University, es voluntario en el programa de robótica en Phoenix Bioscience High School y ayuda a jóvenes migrantes a superarse profesionalmente.
Ahora Juan Carlos está en su tercer año de universidad.
“El mensaje que yo quisiera que todos escucharan es que siempre habrá una forma de seguir trabajando en lo que quieres hacer”, dijo, hablando con voz alta y lleno de confianza. “Nunca debes dejar que alguien que te diga que no puedes hacer algo. Dejen que mi historia sea un ejemplo”.

Reyna, CEO, educadora y activista para estudiantes inmigrantes
El temor de perder a sus padres llevó a Reyna Montoya a crear una plataforma que le permitiera convertirse en la voz de miles de inmigrantes. Esa plataforma fue la organización Aliento en Arizona, donde encontró ese impulso que la ha llevado a luchar por su comunidad.
Reyna es la activista a quien la legisladora y maestra agradeció de corazón por su labor a favor de los estudiantes indocumentados.
En 2010 entró en vigor en Arizona la ley SB 1070.
La ley conocida como “muéstrame tus papeles” sembró el miedo en las comunidades inmigrantes. Le permitía a los departamentos policiales cuestionar el estatus migratorio de los detenidos si sospechaban que se encontraban ilegalmente en el país. La gente estaba aterrorizada ante la posibilidad de ser detenidas por cualquier motivo, incluso el color de su piel, sin importar que esa persona no hubiera cometido un delito.
Se recuerda como una era oscura en Arizona, en la que las redadas atemorizaban a las comunidades latinas y separaban familias. Los inmigrantes tenían que enfrentar prácticas de perfil racial al ser detenidos en sus carros por su color de piel.
Reyna sabía que tenía que hacer algo para luchar por su comunidad.
“Crecí indocumentada en Arizona”, dijo. “Miramos las redadas del Sheriff Joe Arpaio — mi padre estuvo detenido por 9 meses y no lo pude abrazar”, dijo con su voz entrecortada por el sentimiento de recordar las injusticias vividas por el solo hecho de no contar con papeles.
Luego, con la llegada de Trump a la presidencia y la imposición de leyes anti-inmigrantes, vio más complicado el panorama para los estudiantes indocumentados sin la protección del programa DACA, que pretendía abolir el republicano.
“Era difícil para mí estudiar una carrera, así que pensé en cómo sanar esas heridas, transformar el trauma, convertir el miedo en acción y esperanza”, dijo Reyna. “Eso encendió esa chispa para poder fundar una organización para invertir en los jóvenes, no solo en su liderazgo, sino su salud mental”.
Reyna fue la primera de su familia en asistir a la universidad. Completó dos licenciaturas y concluyó un curso en la Universidad de Harvard. Su trabajo humanitario y de activismo ha ganado muchos premios, incluida la lista Forbes 30 Under 30.
En diciembre, regresó a su alma mater. Parada en el centro del escenario en un estadio deportivo en la Universidad Estatal de Arizona, compartió su historia con cientos de graduados en la Convocatoria Hispana de la universidad.
“A medida que se gradúen y continúen celebrando este hito, espero que no olviden que todos tienen una luz única para compartir”, dijo. “Tenemos la opción de ser una luz en la oscuridad”.
Reyna comparte su propia luz a través de Aliento con familias de estatus mixto e indocumentados, y ahora también con legisladores y votantes. Cualquiera que escuche cuando ella les pida que entiendan lo que significa una educación, lo que significan los derechos humanos.
Sabe lo que le pasa a la salud mental de los jóvenes cuando piensan que no hay soluciones, no hay oportunidades. No hay salida.

Destiny, abogada de inmigración
Podría pensarse que las políticas anti-inmigrantes de Arizona no afectan a la guatemalteca Destiny Duque, que se hizo ciudadana.
Destiny tiene 21 años. Vive en Phoenix y estudia en Benedictine University. En un principio quería estudiar medicina, pero la experiencia de conocer a dos niñas centroamericanas, separadas de sus padres en la frontera por las autoridades migratorias, cambió su forma de ver la vida.
“Una de 9 años y otra de 5, que vinieron a la frontera desde Guatemala”, dijo. “Y el servicio social de Arizona solo las metió a un “Greyhound” (autobús) y las transfirieron a California”.
Destiny recordó que esas dos menores solo viajaban con $20 y una pequeña mochila.
Por eso optó por cambiar sus estudios. Se afilió a Aliento, donde donó su tiempo para brindar apoyo a otros migrantes.
“Por eso empecé a estudiar leyes para ayudar a niños, específicamente migrantes”, dijo.
Estudiar es el primer paso; la diferencia está en los cambios de vida que haces cada día en el futuro, dijo.
Helen, doctora
El mundo en el que vive Helen en Arizona, el tiempo para una joven de 19 años, hija de inmigrantes, pasa lento, lento, lento.
Vive mirando calendarios, contando los días y observando el reloj para ver pasar los segundos. Ansía llegar a sus 21 años y lograr que sus padres obtengan un estatus migratorio en Estados Unidos.
Aunque el futuro de Helen pareciera prometedor, la realidad es que en su familia nunca han dejado de vivir con miedo.
Pese a que Helen y sus hermanos Gema, Isaac y Alfonso nacieron en Phoenix, sus padres han sido indocumentados desde hace más de 20 años.
Un año más que Helen ha vivido en este mundo, nacida en Arizona, al lado de una línea en la tierra qué significa todo y nada. Esa situación la llevó a percibir diferencias desde pequeña.
“Me di cuenta que había algo distinto en nuestra familia, no podíamos hacer cosas que hacían las familias de mis amigos”, dijo ella. “(Yo) notaba que había cierto miedo cuando se trataba de salir a la calle o manejar distancias largas, normalmente solo salíamos a lugares necesarios, la escuela y el trabajo.”
De día, Helen estudia fisiología y ciencias médicas en UA. Siempre pasando momentos en Tucson, siempre pensando en el pasado y el futuro.
Fue cuando iba a terminar la preparatoria que Helen realmente entendió la situación en que se encontraba su familia.
“En ese momento supe que estábamos en una posición grave”, dijo.
Un frenado mal hecho, una parada de tránsito por alguna luz averiada, un reclamo en el supermercado, podrían ser el motivo que deporten a sus padres, así que convirtió sus miedos en precaución, sigilo y protección para sus seres queridos.
Pero pese a las penumbras, Helen entendió que habría una oportunidad para salvar a sus padres. Una oportunidad de arreglar los ‘papeles’ para papá y mamá al cumplir los 21 años.
Existen diferentes formas de que los inmigrantes indocumentados puedan obtener un estatus legal en este país. Una de ellas es que un hijo mayor de edad presente una petición para pedir a sus padres, como tiene previsto hacer Helen.
Pero en realidad es un proceso muy difícil y sin garantías.
Para que un padre o madre pueda ser peticionado por un hijo en los Estados Unidos, el hijo debe ser ciudadano, soltero y mayor de 21 años, de acuerdo con información vertida por la abogada en inmigración Ayensa Millán.
La experta advirtió que la forma para lograr un trámite de legalización exitoso, es que los padres debieron haber entrado legalmente al país, ya sea con visa de trabajo o turista, y no haber salido de los límites de la frontera. Millán dijo que existe mucha desinformación sobre este proceso migratorio que abre una posibilidad a los padres indocumentados de estar legales en el país.
“Muchas personas por desconocimiento piensan que con solo haber entrado con visa pueden arreglar, pero si el permiso I-94 ya venció y salen del país, el trámite se complica”, dijo. “Por ejemplo, si la persona entró al país en el 2000 y sale a México en el 2004, y vuelve a entrar con visa, queda asentado que duró cuatro años en calidad de ilegal”.
Millán señaló que la forma más eficaz de arreglarle a los padres su estatus de inmigración es entrar legalmente, no salir del país, no cometer ningún delito y esperar que su hijo o hija cumpla la mayoría de edad y se encuentre soltero para hacer una petición familiar.
“Tienen que tomar en cuenta que cada caso es diferente y este trámite puede ser más complicado de lo que piensan”, recalcó.
Así que los segundos, los meses y los años han sido muy largos para Helen y su familia.
“Todo se siente muy lento, como si el tiempo no está pasando”, dijo.
Helen sigue luchando con Aliento por soluciones para jóvenes y familias indocumentadas. Usando Twitter para promover la justicia y motivar a la Legislatura Estatal de Arizona dijo:
“¡Los insto a que den este paso crucial hacia la equidad educativa y permitan que los graduados de la escuela secundaria en todo Az tengan las mismas oportunidades para obtener una educación universidades! #SCR1044”
Las historias de estos jóvenes reflejan la fuerza de las familias con estatus mixto.
“Estamos logrando un impacto muy grande, por muchos años tratamos de tener ese impacto, creo que nuestro tiempo se acerca”, dijo Helen.
“Poco a poco, nuestro esfuerzo empezará a dar frutos en la comunidad y eventualmente en el país entero”, dijo con optimismo la joven, que ha aprendido a vivir contando el tic tac de las manecillas del reloj.
Apurando al tiempo. Soñando con cumplir 21 años para asegurar que su familia jamás sea separada.
Traducción por Nathalie Alonso.