Desiree Collins va a bordo de un vehículo de transporte público en Tucson. Es invierno en Arizona, la pandemia perdura, los casos de COVID-19 repuntan y la inflación dificulta pagar el mandado, las cuentas y llegar al próximo mes.

Desiree trabaja en una organización sin ánimo de lucro. Tener acceso a un transporte gratuito le ayuda, aún cuando algunos arizonenses puede que no entiendan. Pero tal vez, las cosas están cambiando con la pandemia, que le ha quitado tanto a muchos.

Durante gran parte de los últimos dos años, los residentes de la ciudad de Tucson han usado gratis la extensa red de vehículos y trenes de la región.

En breve y cómo participar

  • Contacta a tu concejal de Tucson
  • Las rutas gratuitas continuarán hasta el 30 de junio, luego la ciudad considerará la opinión de sus residentes y decidirá qué hacer
  • Anota en tu agenda la fecha: 17 de mayo, ese día puedes votar en una jornada especial de elecciones en Tucson. Habrá una propuesta sobre financiación del transporte público en la boleta
  • Durante este periodo experimental gratuito, no planeado, se registró un incremento en el número de pasajeros en los trenes

El sistema de transporte público de Tucson, que incluye los servicios de Sun Link, Sun Tran y Sun Van, es gratuito para todos los pasajeros desde la primavera del 2020. Fue entonces cuando las tarifas fueron suspendidas temporalmente, como parte del plan de respuesta local de la ciudad a la crisis del COVID-19 durante una pandemia global. 

En diciembre, el Consejo de la Ciudad de Tucson decidió dar continuidad a las tarifas gratuitas para todos los usuarios de las rutas de tránsito hasta el 30 de junio de 2022. Para hacer eso, la ciudad usó fondos otorgados por el gobierno federal, por medio de un fondo de alivio para los municipios. 

La decisión concuerda con un diálogo nacional sobre cómo reformar el transporte público, considerándolo de carácter cívico y social, similar al modelo de financiación de la educación pública de Estado Unidos, que utiliza fondos estatales y federales para garantizar que cada niño o niña en el país tenga acceso a la educación pública. 

Es un cambio complejo del modelo tradicional, que decreta que el cobro de tarifas accesibles ayuda a apoyar el sistema de transporte de una ciudad, a la que se le dificulta mantener y crecer un sistema público con limitados apoyos federales. 

Algunos expertos en tránsito y especialistas en servicios humanos opinan que los modelos de tarifas tradicionales crean barreras sistémicas, que excluyen a personas destechadas. Pero la crisis de salud pública y económica de los Estados Unidos revela la profunda necesidad existente entre la gente en condición de pobreza o con limitadas finanzas para acceder al servicio de transporte público. La nación está lejos de una recuperación financiera o de pandemia, y la población de Tucson y de toda Arizona busca que sus funcionarios locales les ayuden. 

Sin embargo, un sistema de transporte público gratuito es un concepto poco común en un estado que, históricamente, le ha hecho mala cara a los que “gorrean”. 

En Arizona, Tucson sobresale al intentar reestructurar su sistema de transporte público. Otras ciudades que temporalmente suspendieron las tarifas en los vehículos públicos ya reanudaron el cobro de tarifas a pasajeros que utilizan las rutas para llegar al trabajo, citas médicas, hacer el mandado y otras necesidades esenciales. 

El transporte público gratuito es más frecuente en ciudades europeas. Excepcionalmente algunas ciudades de Estados Unidos ya no cobran tarifas. Por ejemplo, Corvallis en Oregon, dónde la ciudad registró un incremento del 37.9% en el número de usuarios después del cambio. Residentes de dicha ciudad optaron por pagar un impuesto mensual de $3.44 por familia para el funcionamiento del tránsito. Ese cambio estableció una fuente estable de financiación, que alcanza un monto igual a los fondos locales y federales disponibles. De esta forma, se liberan impuestos a la propiedad, que antes eran destinados para los servicios de transporte público, para dirigirlos a otros servicios públicos

El Consejo de la Ciudad de Tucson ahora considera las necesidades de transporte de la comunidad y cómo pagar por el transporte público, que históricamente ha sido un servicio comunitario financiado totalmente por los contribuyentes y no por tarifas. Las discusiones hacen parte de un diálogo actual sobre qué hacer cuando los fondos federales se acaben. 

A ciudades como Tucson históricamente se les ha dificultado cobrar suficientes tarifas para cubrir, aunque sea una tercera parte los sus costos de transporte público.  A raíz de la pandemia surgieron conversaciones sobre los posibles beneficios que traería un sistema de transporte público gratuito. 

Esos beneficios incluyen: optimizar el sistema eliminando el cobro de tarifas en cada parada; y garantizar equidad social y económica en el acceso al servicio de transporte para quienes que no pueden pagar un carro o no conducen. 

Aún está por verse si Tucson irá más allá de tan sólo imaginar transformar modelos tradicionales de transporte. Por ahora, el sistema de transporte público para los tucsoneses continúa siendo gratuito.  

A nível nacional y local, muchos expertos en tránsito y defensores de un nuevo sistema esperan que más ciudades vean en estos tiempos de crisis pública una oportunidad para revisar el concepto de transporte público. 

Muchas ciudades se han visto forzadas a cobrar tarifas como una medida de seguridad para mantener una distancia entre los conductores y pasajeros que abordan el vehículo. El nuevo modelo de operación, que literalmente mantiene bloqueada la puerta de enfrente, ha abierto otra puerta para que las personas en ciudades como Tucson comiencen a hablar sobre un financiamiento social y económico equitativo para el transporte público. 

“Esto ha sido sin querer un experimento para las agencias, para ver qué pasa cuando son libres de tarifas”, expresa Victoria Perk, directora del programa de investigación de transporte en el Center for Urban Transportation Research (Centro de Investigación de Transporte Urbano) de la Universidad del Sur de la Florida.

¿Transporte gratis para todos?

Desiree depende del transporte público como su principal modo de trasladarse, una decisión que tomó por múltiples razones entre otras: un bajo costo; no le agrada conducir; y preocupaciones sobre el medio ambiente. 

Cuando se mudó de Denver a Tucson en agosto del 2020, le preocupaba los costos del transporte y cómo pagarlos mientras se acomodaba. Eso fue antes de que se diera cuenta que el transporte público era gratis. 

Desiree ahora está en condición de poder pagar por las rutas de transporte. Pero le preocupa la gente que aún no puede.

“Yo trabajo en industrias que trabajan en poblaciones muy marginadas y definitivamente pienso en ellos y en esas decisiones”, dice. Si tienen que pagar “esto va a ser algo muy difícil para muchas personas”. 

Desiree quiere que la gente entienda qué es trabajar y, sin embargo, no ganar lo suficiente para llegar a fin de mes. Lo qué es vivir entre día de pago y día de pagar la renta. 

“Tenemos un gran porcentaje de personas que están técnicamente en la pobreza”, dice. “No me puedo imaginar tratar de añadirles más carga a su lista de costos, cuando la gente está pensando en el cuidado de niños, en desiertos de cuidado de niños y de comida y de todo”.

Esa preocupación la comparte Rhett Crowninshield, administrador de tránsito del Departamento de Tránsito de Tucson. Es uno de los factores que Tucson considera en sus decisiones sobre el futuro del transporte público en la ciudad. El tema es complicado, asegura.

“No tenemos una fuente financiera dedicada al transporte público”, afirma Crowninshield, recalcando que el costo de operar el sistema de Sun Tran llega a los millones de dólares cada año. 

Por la pandemia del COVID-19 la ciudad ha tenido acceso a recursos adicionales para ayudar a pagar el sistema, incluyendo 47 millones de dólares de un fondo federal de tránsito, que hizo parte del alivio que el gobierno federal le otorgó a las ciudades. 

En el 2018, antes de la pandemia, operar el sistema de transporte público en Tucson costó alrededor de 65 millones de dólares. Las tarifas cubrieron alrededor de 11 millones de dólares (o 17%) de ese monto, según la Base de Datos Nacional de Tránsito de la Administración Federal de Tránsito. 

En el 2019, el sistema costó 63 millones de dólares y las tarifas pagaron alrededor de $12 millones de ese monto o sea 19%.

En el 2020, el sistema tuvo un saldo de 65 millones de dólares. Las tarifas pagaron por el 13% del costo: o alrededor de 9 millones de dólares. En ese año de pandemia, el número de pasajeros disminuyó y la ciudad dejó de cobrar pasajes.

Transporte público: ¿un bien común?

Tucson no es único al ofrecer transporte gratuito durante la pandemia. 

Muchas ciudades en Estados Unidos optaron por el transporte público libre de tarifas, como medida de seguridad para minimizar el contacto entre pasajeros, conductores y máquinas de tarifas. Además la caída en el número de pasajeros significaba que los municipios de todas maneras iban a perder dinero, explica Perk, directora de investigaciones de transporte público, quien se especializa en estudios urbanos en Florida. 

Entre el 2019 y el 2020, el número de pasajeros de Sun Tran disminuyó 14%, frente a la caída a nivel nacional de 76%, explica Perk. 

Algunas ciudades han aprendido que los vehículos gratuitos mejoran la equidad social al proveer acceso a trabajos, educación, mercados, citas médicas y más, dice Perk. También puede resultar en un sistema de movilidad, que opera con más rapidez porque los conductores no están esperando en las paradas a que los pasajeros paguen. 

Ahora, algunas ciudades están buscando formas de continuar con rutas sin tarifa, dice Perk. Es cuestión de reestructurar el cómo se toman las decisiones de política pública y de presupuesto. 

Por el lado de la política pública, algunas ciudades han empezado a considerar el transporte como un bien público y no cómo empresa lucrativa. En promedio en Estados Unidos, las tarifas cubren aproximadamente el 30% del costo de operar el sistema de transporte público, pero en lugares dónde el porcentaje es menor – como en Tucson – es más fácil para las ciudades decidir eliminar las tarifas y encontrar una manera distinta de pagar por esos costos, explica Perks. 

Cómo pagar por un sistema de transporte hace parte de un debate amplio y duradero sobre cómo pagar por las necesidades de tránsito de la ciudad, incluyendo la reparación de calles y medidas de seguridad vial para peatones y ciclistas.

Los fondos federales otorgados podrían seguir cubriendo algunas tarifas y también algunas mejoras al sistema de transporte público por 5 años, expresó Michael Ortega, administrador de la Ciudad de Tucson, en un memorándum reciente. 

Sin una nueva fuente de fondos, la ciudad podría seguir utilizando fondos federales otorgados para pagar por el sistema de transporte, pero no alcanzaría para ampliar el servicio de tránsito, dice Ortega.

¿Es esencial el transporte público?

Phoenix y Tempe están entre las ciudades de Arizona que restringieron el acceso a las máquinas de pago en el sistema de transporte público por razones de bioseguridad durante la pandemia. Estas ciudades tienen contratos con Valley Metro, que opera el sistema de medios de transporte público.  

Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió en Tucson, el cambio en Phoenix y Tempe no fue estratégico. En estas ciudades los pasajeros sólo podían abordar el vehículo por la puerta de atrás, volviendo las rutas virtualmente libres de costo. 

“Esto, efectivamente, corta el acceso a la máquina que recolecta las tarifas, sin embargo, aún se necesitó tener una tarifa paga durante la pandemia, pero no fue una regla implementada de la misma manera que normalmente hacemos/aplicada generalizadamente,” dijo TaiAnna Yee, vocera de tránsito de Tempe.  

Los pasajeros de buses en Phoenix que ya enfrentan retos emocionales, físicos y económicos sintieron alivio por la inesperada suspensión de un costo mensual.

Era un tiempo caótico durante el cual la gente en toda Arizona y Estados Unidos estaban aprendiendo sobre un virus que se propagaba y mataba personas y aún así muchos adolescentes y adultos dependían del vehículo público para cumplir con sus trabajos considerados “esenciales.” 

El año pasado, conforme la pandemia perduraba, Phoenix y Tempe abrieron las puertas de enfrente de los buses y reactivaron las máquinas de cobro de pasajes. Se instalaron barreras para proteger a los conductores. El uso de tapabocas aún era obligatorio.

Durante la pandemia, las personas utilizaban el bus para “viajes esenciales”, y para el 65% de los pasajeros era su medio para llegar al trabajo y para el 58% un transporte a la tienda de mercado, según Valley Metro.  

El otoño pasado, funcionarios de Phoenix anunciaron que la ciudad utilizaría un millón de dólares para comprar y repartir pasajes a comunidades vulnerables, utilizando fondos de estímulo federales el Plan de Rescate Americanos para impulsar la recuperación económica en la pandemia.

“Ayudar con los costos de transporte beneficiará a aquellos individuos que tal vez necesitan ayuda temporal para volver a pararse en sus dos pies, salir a trabajar, ir a la escuela, citas médicas y continuar con sus vidas”, expresaron oficiales en una declaración. “Esto puede tener un impacto positivo en comunidades de Phoenix que dependen del transporte público a diario”.  

Brenda Yáñez, vocera de tránsito de Phoenix, invitó a grupos de Phoenix que estén interesados en ayudar a la ciudad a distribuir pasajes gratuitos contactar a: faremedia@phoenix.gov.

Respondiendo a preguntas de Arizona Luminaria sobre inversiones similares a las de Phoenix, que utilizan fondos de estímulo federal para prestar transporte sin costo a poblaciones vulnerables, funcionarios de Tempe dijeron que la ciudad por mucho tiempo ha redirigido 9,600 dólares anualmente para pagar pasajes para población necesitada. La ciudad también financia un programa de pasajes gratuitos para estudiantes entre los 6 y 18 años en Tempe y Guadalupe.

Yee resaltó un programa distinto de apoyo al transporte público antes de la pandemia. Valley Metro recibe fondos federales y por ende está obligado a ofrecer pasajes reducidos a ciertas poblaciones vulnerables: como las adultos mayores de 65 años y personas con discapacidades. Valley Metro ofrece un pasaje reducido a niños entre los 6 y 18 años y tiene descuentos para estudiantes universitarios. 

Tempe también cuenta con un bus alimentador gratis que opera en algunas zonas de la ciudad y es financiado por un impuesto de tránsito aprobado por los votantes. 

Flagstaff también dejó de cobrar pasajes por cuestiones de seguridad por el COVID-19. En octubre del 2020, la ciudad volvió a cobrar pasajes y reactivó el abordo por el frente del bus, pero antes instaló barreras de plástico para separar pasajeros de conductores.

Nuevo récord de pasajeros, pero qué pasa cuando se acaben los fondos federales

Una vez que se acaben los fondos de estímulo federal, la ciudad de Tucson tendrá que encontrar cómo reemplazar ese dinero para el transporte público. 

Ahora que las escuelas, el comercio y los eventos están reabriendo, Steve Spade, gerente general de Sun Tran, dice que el número de pasajeros está ya casi en los niveles registrados antes de la pandemia. A veces son aún más altos, como es el caso del tren Sun Link. 

Eso significa que más personas como Desiree optan por usar el sistema de transporte público por razones personales, profesionales y económicas. 

Las discusiones en Tucson se dan mientras la ciudad más grande del Sur de Arizona le pide a los votantes en mayo extender el ya existente impuesto de medio centavo por otros 10 años. La Proposición 411 financiará la reparación de calles y proyectos de seguridad vial, evidenciando las necesidades y prioridades que compiten en una ciudad que aún está en aprietos financieros. 

Sin tarifas, Crowninshield dice que los fondos que suplen este nivel de servicio tienen que venir de otra parte del presupuesto de Tucson, potencialmente sacando fondos de otros servicios que la ciudad provee. 

En el pasado, la ciudad pagó por el transporte público con dineros de la bolsa general. Pero allí otras necesidades de la ciudad, como seguridad pública, parques y otros servicios, compiten por los mismos recursos. 

Los pasajes gratis han traído lo que algunos consideran un problema para el transporte público, pero otros lo ven como una necesidad comunitaria por servicios, existente desde hace muchos años y precedente a la pandemia.  

Personas sin hogar desde hace mucho utilizan el sistema de transporte público como refugio, en los días fríos de invierno, durante las tormentas monzónicas, así como en los ardientes y fatales días de verano. En el sistema de transporte público también encuentran estas personas sin hogar un sitio dónde descansar y resguardarse.

Después de que se recortaron las tarifas, la ciudad incrementó la seguridad para implementar las medidas de bioseguridad y los protocolos de limpieza en las centrales de transporte y paradas de bus.

Crowninshield dice que la respuesta a los pasajes gratuitos ha sido mixta entre pasajeros. Sin embargo, destaca al tren Sun Link como un éxito en el programa de pasajes gratuitos porque registró números récord de pasajeros.

“Sobrepasa todo registro”, asegura. “Esto es bueno porque, por un lado, cuando las personas se acostumbran a usar el transporte público, también se acostumbran a vivir en un centro urbano de alta densidad”. 

“Es un punto muy positivo porque, generalmente hablando, están teniendo una experiencia muy buena. Y entonces se convierte en un modo aceptado de movilizarse. Y de eso se trata todo lo que hacemos.” 

Por ahora, Desiree tiene una sola palabra para explicar, a quien le interese, lo que significa un gasto menos al mes para la población en dificultades para pagar sus cuentas: “Fantástico”.

La editora ejecutiva Dianna Náñez contribuyó a este reportaje. Traducción por Laura Gómez.

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Becky Pallack is the Operations Executive at Arizona Luminaria. She's been a journalist in Arizona since 1999.

Carolyn Rousch is a freelance writer, hobby photographer, whiskey enthusiast, and quasi-outdoorsy person based in Tucson. In 2021, she left a decade-plus career in the non-profit and higher education world...