El último día del año académico escolar es prometedor. Se vienen las vacaciones familiares, campamentos de verano, asados al aire libre, fiestas en la piscina, pijamadas, o simplemente conducir alrededor de tu ciudad junto a tus amigos y una nueva licencia de conducir. 

Eso es lo que los niños y las niñas esperan al final del año escolar. Hasta que un día, se encuentran frente a una especie de rito que los hace crecer, y pasan de ser adolescentes a ser adultos. Un símbolo de potencial, representado en arrojar un gorro de poliester al aire. 

Cada niño y niña debería tener esa oportunidad de celebrar. Cada padre y madre debería tener esa oportunidad de ver a su bebé crecer.

No todos los niños y niñas en Estados Unidos llegan tan lejos. 

Más de 311,000 estudiantes se han enfrentado a la violencia armada en 331 escuelas desde el tiroteo en la Columbine High School en 1999.

En el 2021, aproximadamente 3,044 estudiantes no lograron estar en sus graduaciones de secundaria porque fallecieron a causa de la violencia de armas de fuego. A estos estudiantes se les conoce como la “Clase Perdida”.

Un símbolo macabro para los seres queridos que han perdido a alguien en un tiroteo, seres queridos que hacen llamados a los legisladores para que codifiquen en una ley los chequeos de antecedentes en la venta de armas.

“Exijamos que graduarse sea para la juventud de Estados Unidos más importante que el acceso desinhibido a las armas”, es la misión del grupo.

Desde el tiroteo en la Escuela Elemental Robb en Uvalde, Texas, el 24 de mayo, se han suscitado 33 tiroteos masivos, según cifras del 6 de junio.

Los jóvenes y estudiantes están hartos de las heridas causadas por las armas de fuego que se han convertido en la principal causa de muerte para los niños entre los 1-19 años.

“El incremento en la mortalidad relacionada a las armas de fuego demuestra una tendencia a largo plazo y nos dice que seguimos fallando en proteger a nuestra juventud de una causa de muerte prevenible”, declararon oficiales de la CDC en una carta al editor del Diario de Medicina de Nueva Inglaterra (New England Journal of Medicine, en inglés). 

En los primeros 157 días del 2022, han habido por lo menos 246 tiroteos.

Nota del editor: En Arizona Luminaria, hablamos mucho sobre valorar las voces comunitarias. 

Después del tiroteo masivo en Uvalde que mató a 19 estudiantes y dos maestras, sabemos que muchas familias en Arizona tuvieron que consolar a sus propios bebés y llevar el luto por las vidas que se perdieron.

A veces lo mejor que podemos hacer es escuchar a los jóvenes. Son nuestra próxima generación de líderes. 

La reportera Katya Mendoza habló con estos adolescentes sobre qué pensaban sobre la violencia con armas de fuego y qué se siente saber que ellos son el blanco en las escuelas de Estados Unidos: Ellie Dorland, Jeffrey “J.J.” Williams y Malika Sunder son estudiantes de secundaria y organizadores de la manifestación de Marcha Por Nuestras Vidas que se sostuvo el 11 de junio en Tucson, y Camila Estrada ya se graduó y entrará en otoño a la Universidad Estatal de Arizona. 

Estas declaraciones en primera persona son lo que él y ellas quieren compartir contigo.

Hemos tenido simulacros de tirador desde el tercer grado

Mallika Sunder, 17, está por ingresar a cuarto año en la Escuela Secundaria Catalina Foothills (Catalina Foothills High School, en inglés) en Tucson

Mallika Sunder, foto cortesía de ella

Según la CDC, la violencia con armas de fuego es la causa principal de muerte entre los niños y las niñas en edad escolar. Eso es sinceramente aterrador porque es algo que pienso que cada uno de los estudiantes en la nación ha tenido que lidiar con esto o ha escuchado sobre esto en algún punto.

Pienso que está tan normalizada y eso no es justo. Arrebata nuestra juventud. Nos roba nuestra seguridad en las escuelas, que deberían ser lugares para aprender, divertirse y ser niños.

Creo que todos nosotros podemos estar de acuerdo en que no deberíamos estar aquí en este momento. No deberíamos tener que defender nuestros derechos tanto a tan temprana edad. 

Yo debería estar compartiendo con mis amigos o como haciendo algo juvenil y divertido en este momento, ¿sabes?

Hemos tenido simulacros de tirador desde el tercer grado. Y es algo a lo que te acostumbras. Pero creo que entre más y más vemos que pasan estos tiroteos en las escuelas, más y más nos damos cuenta que es muy perturbador. 

Por lo menos hablar de esto entre nosotros y educarnos mutuamente es una forma de activismo, porque el conocimiento es una de las cosas más poderosas que puedes poseer. 

Pienso que muchos de los legisladores y gestores de políticas públicas no están dispuestos a tomar acción sobre este tema … es porque piensan que no sabemos de lo que estamos hablando. 

Si somos capaces de demostrar que nosotros sí sabemos de lo que estamos hablando, y si estamos dispuestos a levantarnos y conseguir que nos escuchen. Esto es algo que todos estamos tratando de hacer.

El activismo se ha convertido en algo que predomina más porque tenemos esta energía, tenemos esta pasión y tenemos las herramientas para canalizar esa pasión hacia algo que pueda llevar al cambio. Pienso que esa es la diferencia más grande entre ahora y lo que ha pasado anteriormente. 

De hecho tengo una amiga que vive en un vecindario dónde hay mucha violencia armada. Y recuerdo que ella me decía que a veces se escuchan balazos afuera de su casa. Y ella ya se acostumbró. Y el sólo hecho de que ella ya se haya acostumbrado, pienso, dice mucho sobre cómo estas cosas predominan en espacios del diario vivir dónde deberíamos sentirnos seguras. 

Me acuerdo que hubo una amenaza de tiroteo en mi escuela. Después de eso sentí, particularmente, que ir a la escuela era un riesgo. 

Alguien publicó una amenaza en Instagram. En ese entonces, creíamos que era verdad y que definitivamente había una amenaza viable y me acuerdo que muchos chicos se fueron.

Me acuerdo que uno de mis amigos me escribió por mensaje de texto que me fuera. 

Al otro día, la mitad de la gente estaba ausente. Había muchos padres asustados y niños con miedo y hasta los maestros que tenían que ir a la escuela. 

Fue un pánico y una confusión que hizo de todo eso mucho más aterrador. 

Después de esa amenaza, tuvimos más policías en el campus, y para algunas personas, especialmente los padres, esto les generó más sentido de seguridad. Pero creo que para otros estudiantes, especialmente los estudiantes de color, fue motivo para sentirse más nerviosos. 

Las armas de fuego tienen tanto poder. Crean una diferencia de poder increíble y un peligro en el campus. Creo que la solución es no tener armas cerca del campus, sin importar quién esté portando el arma.

Hubo una acogida mixta entre los estudiantes frente a estas armas adicionales que llegaron a nuestro campus y creo que si fueran los maestros quienes portan las armas, la reacción sería la misma. 

Cuando veo a alguien que tiene un arma, mi reacción es inmediatamente de lucha o huida.

Imaginarme un arma cerca a mi, al lado de un estudiante de mi edad, sería una distracción muy grande. No me podría concentrar. Sentiría mucho miedo al venir a clases si supiera que alguien en mi salón está portando un arma. Eso me altera la sensación de ansiedad y preocupación en un ambiente de aprendizaje. Ningún estudiante se merece eso.

Pienso que lo que tiene que suceder es que tiene que haber un programa a nivel nacional que limite el acceso a las armas de fuego, incluyendo incrementar la edad en la que se puede comprar un arma a 21 años, o definitivamente mayor de 18. 

Requerir el chequeo de antecedentes a todos los vendedores, con o sin licencia, e incrementar el rigor en las exposiciones de armas (gun shows), como también prohibir los fusiles de asalto. Dar más entrenamiento a los oficiales de seguridad pública que usen armas de fuego.

Creo que el asunto es que este país tiene tanto trauma por el uso de las armas y por eso no podemos solamente crear leyes y quedarnos de brazos cruzados.

Tenemos que atender esto más allá de darle a las víctimas nuestras oraciones y pensamientos porque las oraciones y los pensamientos sólo llegan hasta un punto.

Necesitamos mejores programas de salud mental en todas las escuelas, en los programas de asistencia social y en las comunidades.

Necesitamos más capacitación para las personas que ya son dueñas de armas y requerir que las pistolas tengan seguros mecánicos.

Creo que deshacernos de esta cultura que idolatra el tener un arma, que cree que un arma significa seguridad, porque aunque yo tuviera un arma no me sentiría más segura.

Hasta estar presente dónde hay un arma… han habido tantos casos en los que un niño toma un arma o otro familiar ha tomado un arma y hecho cosas horribles con ellas. Tenemos que tener una política de cero tolerancia con este tipo de leyes porque estamos frente a una crisis.

Este país necesita atender esto como una crisis de salud pública.

El Presidente Biden ha sido muy cuidadoso en la manera en la que habla sobre la prevención de la violencia armada, pero es casi demasiado cuidadoso. 

Él necesita escuchar a miles de sobrevivientes en éste país y trabajar para ellos, en vez de tratar de preservar un sentido de unidad entre ambos partidos.

Como presidente, su trabajo principal es garantizar la seguridad de quienes representa. Me gustaría que él se esforzará más por presentar reformas. Pienso que él tiene las ideas acertadas, pero necesita demostrar eso con acciones más concretas.

Dar oraciones y pensamientos es pura mierda

J.J. Williams, 15, está por ingresar a segundo año en la Escuela Secundaria City (City High School, en inglés) en Tucson

J.J. Williams
Foto de Katya Mendoza

Normalmente trato de alejarme de los temas relacionados a la justicia social, sólo porque me estresan demasiado, pero ya llegamos a un punto en que no lo puedo ignorar. 

Se ha vuelto más y más mortal. Más y más mortal para personas como yo, estudiantes de secundaria y en general la gente en las escuelas.

La excusa de que, “Necesitamos más armas de fuego porque así habría más seguridad en todo, que debemos armar a los maestros en los salones”, es una idea horrible. 

Los legisladores republicanos siempre se desvían, diciendo que, “es una crisis de salud mental, no una crisis de armas de fuego. Son las personas con condiciones de salud mental que tienen acceso a las armas”.

Entonces si hay armas de fuego en el campus y alguien con condiciones de salud mental está teniendo un mal día, pueden acercarse a un maestro, agarrar su arma y empezar a matar gente. Yo no me sentiría cómodo en un salón de clases dónde hay un arma. 

Pensar que va a haber alguien con una pistola sentado junto a mi es totalmente aterrador. No quiero estar cerca de alguien que porte un arma porque quién sabe si van a dispararme o a alguien más en el salón.

No sé por qué alguien necesitaría un arma. Si vamos a permitir las armas, las pistolas son como el arma más necesaria, si es que puede considerarse necesaria.  

Siento que prohibir los fusiles de asalto, decretar que la munición tenga que guardarse en una caja fuerte por separado, requerir un chequeo de antecedentes sería un comienzo.

Algo que he escuchado a los legisladores republicanos decir, a parte de armar a los maestros en los salones de clase, es todo eso de oraciones y pensamientos.

Las oraciones y pensamientos nunca nos llevan a ningún lugar. Sólo hace más daño a las familias que perdieron a alguien. Dar oraciones y pensamientos es pura mierda.

En tiempos de crisis, el presidente tiene la capacidad, como durante la pandemia, de administrar órdenes ejecutivas para combatir una epidemia.

La violencia armada es una epidemia. Ya no se puede negar eso a este punto. En tan sólo este año, han habido más tiroteos masivos que días.

Hubo tres tiroteos en el mismo día que se estaban enterrando a las víctimas de la semana pasada. Es de locos y estúpido.

Nadie debería conectarse a las noticias y llorar porque acaban de ver a su hijo en una caja bajando hacia la tierra y otra vez prender el noticiero y ver qué al hijo de alguien más lo acaban de balear en la escuela y ver que otras cinco personas más murieron en un hospital porque alguien entró allí y le disparó a un montón de gente.

Nadie debería ver eso.

Nadie debería prender las noticias y ver que los niños se están muriendo.

Nadie debería temerle a ir a lugares donde practican su culto, ir a la escuela, el trabajo, donde compran la comida, en ningún sitio.

Ya no podemos quedarnos de brazos cruzados

Ellie Dorland, 15, entrará a tercer año en la Escuela Secundaria City (City High School, en inglés) en Tucson

Ellie Dorland
Foto de Katya Mendoza

Se les llamó La Clase Perdida. Pienso que son más de 3,200 niños y niñas los que se debieron de haber graduado el año pasado, y en cambio perdieron sus vidas por la violencia armada. Eso nos demuestra bastante que ya no nos podemos quedar de brazos cruzados.

Voy a la Escuela Secundaria City, que está en el puro centro de Tucson, y eso no nos da mucha seguridad porque tenemos mucha gente que entra y sale.

Tuvimos un accidente, creo que fue al principio del año escolar. Hubo un tiroteo en el Centro de Tránsito Ronstadt. Estamos como a dos cuadras, por mucho. 

Fue bastante aterrador estar en esa situación porque no sabes realmente qué estaba pasando.

No creo que las armas tengan lugar en nuestras escuelas. Creo que los políticos piensan que eso nos daría más seguridad, pero yo no creo realmente que eso sea así. Los estudiantes deberían estar pensando en aprender. 

Si yo supiera que alguien en mi clase, así sea un estudiante de universidad, porta un arma, no sé si tendría la capacidad de ir a clases.

Los estudiantes de la City High School (de izquierda a derecha) Ellie Dorland, 15, y Ani Ver Burg, 15, pegan pancartas. Foto de Katya Mendoza

Creo que probable y sinceramente me tendría que cambiar de salón porque no creo que pueda lidiar con el estrés de sentarme ahí en cada clase sabiendo que alguien ahí tiene una pistola y está sentado en el mismo salón que yo, y mientras tanto tener que concentrarme en lo que mi profesor está enseñando. No creo que sea bueno para mi aprendizaje y no creo que sea bueno para mi salud mental.

La gente que está intentando introducir las armas en los salones de clases por medio de los maestros demuestran exactamente cuál es el problema. Ellos quieren que los profesores tengan armas para que pretendan proteger a los estudiantes de otras personas con armas. Así incrementan el número de armas en estos espacios. 

Si los maestros no necesitaran de las armas para proteger a sus estudiantes, o si las personas no pensaran que los maestros necesitan armarse, si no tuviéramos armas, eso haría que todos nos sintiéramos mucho más seguros. Eso es razonable y algo que sí puede pasar hoy mismo.

Por lo menos, deshagamonos de los fusiles de asalto. No tienen lugar. No hay razón.

También estoy de acuerdo que necesitamos mejores programas de salud mental. La violencia armada no sólo sucede por las armas de fuego, es también porque hay personas con condiciones de salud mental. Y creo que enfocándonos en esas dos áreas al mismo tiempo, haciendo chequeo de antecedentes y atender la crisis de salud mental es muy importante.

Necesitamos tener la menor cantidad de armas posibles en nuestra sociedad. No es algo que va a ser fácil, y no muchos van a estar de acuerdo, pero es algo que necesitamos hacer para que nuestras escuelas sean lugares seguros.

Hasta que le pasa a su hijo

Camila Estrada, 17, se graduó recientemente de la Escuela Secundaria Nogales (Nogales High School, en inglés)

Camila Estrada, foto cortesía de ella

¿Cómo es que alguien le hace eso a niños inocentes? 

Me hizo acordar de la escuela primaria. Recuerdo que hubo unos cuantos cierres por seguridad.

Nunca he vivido un tiroteo en una escuela. No me puedo imaginar cómo es que éstos niños tienen que crecer con ese trauma. Eso le abre las puertas a tantas cosas a las cuales los niños no deberían estar expuestos. 

Si tengo hijos, no sé si quisiera mandarlos a la escuela y preocuparme si van a regresar o no.

¿Cómo vamos a arreglar este problema, o esta epidemia? ¿Cómo la vamos a arreglar?

Tener más armas no va a detener esto porque tal vez alguien en ese salón que potencialmente es un tirador necesita tener acceso a un arma y ahí la tienen en la clase. 

Yo sinceramente no iría a clases. Tienes que tener 18 años para comprar un fusil de asalto. Ni siquiera puedes tomar legalmente a esa edad, pero sí tener la responsabilidad de portar esa máquina que puede matar a cientos de personas.

La gente dice que se trata de “libertad”, que “esto es América”. No hay libertad si otros están viviendo con miedo. No estoy de acuerdo con eso y no me siento cómoda yendo al colegio sabiendo que alguien podría tener un arma en su mochila.

No creo que las cosas cambien pronto.

¿Cuántos de esos tiroteos hemos visto? Y nada pasa. Las leyes no han cambiado las creencias de la gente. La gente va a tener la misma mentalidad de, “Es mi dinero y lo puedo gastar como yo quiera”, o “¿Cómo es que me pueden quitar mis privilegios”?

Hasta que les pasa a su hijo. Hasta que ellos están en esa situación llena de miedo, ahí es cuando las personas cambian su forma de pensar.

Para muchos de nosotros, incluyéndome, es hora de cambiar.

Hablar sobre la violencia con armas de fuego en las escuelas, creo que no hay suficiente de eso. Fortalecer tu salud mental porque la salud mental de muchos jóvenes se ha deteriorado a lo largo de la pandemia.

Hablemos del número de gente que compra armas, o del número de tiroteos. 

Abramos los ojos de las personas para que se creen movimientos sociales como Marchando Por Nuestras Vidas.

Oportunidades para dar tu opinión sobre propuestas de ley estatales y federales

El miércoles 6 de junio, la Cámara de Representantes aprobó un paquete de control de armas que podría prohibir la venta de armas semiautomáticas a menores de 21 años, restringir la venta de municiones con alta capacidad de rondas y establecer reglamentos federales para el almacenamiento seguro de las armas de fuego. La propuesta legislativa se da en respuesta a las matanzas masivas en Uvalde y Buffalo, Nueva York.  Legisladores consideraron el plan luego de escuchar emotivos testimonios de sobrevivientes de ambas masacres.

A pesar de que los opositores republicanos tacharon el plan de ley como “reaccionario” y se anticipa que el proyecto muera en el Senado, las negociaciones bipartidistas continúan en un intento por incentivar a varios estados a reformar sus leyes de control de armas.

Ese esfuerzo logró una meta importante el domingo 12 de junio, cuando 20 senadores, incluyendo 10 republicanos, anunciaron que habían logrado un compromiso inicial.  El presidente Joe Biden ha instado rapidez, así como lo han hecho quienes proponen tomar acción inmediata. Aquí hay un resumen de cómo esta propuesta inicial responde a los llamados a nivel nacional por más seguridad:

• Fortalecer los mecanismos de verificación de antecedentes para compradores de armas menores de 21 años y expandir las verificaciones obligatorias a los comerciantes de armas que operan por fuera de negocios formales.

• Subvenciones federales para promulgar e implementar leyes de “bandera roja” que le permiten a las autoridades acceder a órdenes judiciales de remoción temporal de armas de fuego a personas que representan un peligro.

• Expandir los servicios de salud mental y medidas de seguridad en las escuelas. 

• Sanciones legales más severas a personas que compren armas para otros que no están legalmente habilitados. 

• Prevenir la venta de armas a personas con órdenes de restricción o condenadas por abusar de sus parejas en casos de violencia doméstica.

El proyecto de ley no incluye la verificación de antecedentes para todos, ni provisiones que incrementen la edad mínima para comprar ciertos fusiles de 18 a 21, prohibiciones a municiones de alta capacidad, la restauración de una prohibición del 1994 de rifles de asalto, o una ley federal que expanda las políticas de “bandera roja” a los estados que no cuentan con esa protección. 

La legislatura de Arizona consideró docenas de propuestas relacionadas a las armas de fuego durante está sesión legislativa.

El proyecto HB2166 haría de las armas, municiones y equipo de seguridad para armas artículos exentos del impuesto estatal de ventas, haciendo que sea más económico comprar un arma o un seguro para armas. La NRA apoya la propuesta.

El gobernador Doug Ducey firmó SB1311, que requiere a los trabajadores en el sector de salud tenga planes de prevención sobre la violencia laboral y hace del asalto a un trabajador de la salud un asalto agravado.

Aquí hay algunas de las propuestas de ley que aún están en juego. Para opinar sobre ellas: Visita Request To Speak e ingresa a tu cuenta o crea una cuenta.

HB2316 le permitirá a las personas que tengan un permiso para el porte oculto de armas ingresar sus armas de fuego en algunos espacios públicos, sin incluir escuelas ni universidades. La NRA apoya la propuesta.

HB2414 permitirá que se porten armas dentro de los vehículos en los campus escolares.

HB2448 crearía un requisito para que se entrene a los estudiantes en el manejo seguro de las armas de fuego. La NRA apoya la medida. 

HB2650 crearía un nuevo equipo estatal para que investigue tiroteos que involucran policías.

SB1216 y SB1217 expandirían las órdenes de restricción, y potencialmente se podría proteger a las víctimas de violencia doméstica. El gobernador firmó una versión similar que aplica a los condados más chicos de Arizona.

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Katya Mendoza is a Staff Reporter for Tucson Local Media and a freelance journalist interested in social justice issues and column writing. Twitter @katya_nadine