Para Alana Solís, hoy se trata de untar chamoy en un mango cortado en flor y crear riqueza generacional mañana.
Para Cortnie Smith, se trata de comprar una parrilla y utensilios para transformar su trabajo informal en un negocio de catering.
Para Katrina Calderón, se trata de comprar mejores equipos de cámara para que su agencia de mercadeo pueda conseguir clientes más grandes.
El Fondo de Préstamos BIPOC, administrado por el Community Investment Corp (en español, Corporación de Inversión Comunitaria) en Tucson, ofrece micropréstamos sin interés para empresarios de comunidades de color como éstas mujeres que están listas para crecer su negocio.
El fondo inició a raíz del homicidio de George Floyd, un hombre negro, a manos de un oficial de policía blanco en Minneapolis y las manifestaciones locales y nacionales por justicia racial en el 2020. Los empleados de CIC juntaron recursos para tomar acción y cambiar como se ejerce el poder en los préstamos de capital para que el proceso de toma de decisiones incluya de manera más equitativa a las personas negras, indigenas y otras comunidades de color (a quienes colectivamente se les conoce como BIPOC, por sus siglas en inglés), quienes estan subatendidas por instituciones bancarias.
Toma acción
• Aprende más sobre el Fondo de Préstamos BIPOC en cictucson.org/bipoc-loan-program, dónde puedes inscribirse para una sesión informativa, solicitar a un préstamo, o donar al fondo de préstamos.
• Apoya a los propietarios de negocios afroamericanos en Arizona. Encuentra una lista en Blax Friday.
• Lee sobre el Estado de los Negocios Afroamericanos en Arizona.
• Aprende más sobre los préstamos respaldados por el buen carácter.
• Aprende más sobre la historia de la discriminación crediticia y de préstamos.
A diferencia de los préstamos tradicionales para negocios, los cuales tienen una historia de discriminacion racial, a los prestamistas del programa no les importa el puntaje de crédito del propietario, dice Keneshia Raymond, miembro del comité fundador del Fondo de Préstamos BIPOC.
“Queremos saber por qué creaste tu negocio y por qué es importante que la comunidad continúe respaldándote”, dice Raymond.
Los requisitos para calificar se enfocan en los valores de la persona y sus metas al igual, experiencia y talentos que en su potencial de crecimiento.
El programa le funcionó a Calderón, que se enorgullece de su perseverancia pero que se sentía derrotada después de intentar los medios tradicionales crediticios.
“En verdad nos sentimos más apoyadas de lo que hemos estado en el proceso de empezar un negocio”, dijo.
El Fondo de Préstamos BIPOC es el primer programa en Arizona de préstamos respaldados por el buen carácter.
El fondo se inició en Tucson el año pasado y ha prestado dinero a 16 negocios propiedad de personas de color. Los préstamos sin interés fueron de $10,000 o menos por un periodo de 1 a 5 años y no se requirió garantía.
A partir del 1ro de julio el Fondo de Préstamos BIPOC en Tucson reabrirá y se expandirá para ser un fondo continuo que beneficie a más emprendedores de color alrededor del sur de Arizona quienes tal vez de otra manera no tendrían acceso a capital. Hasta cuatro préstamos se otorgarán por mes.
Líderes están recaudando dinero para crecer el fondo de $300,000 a $1 millón.
El programa existe como un experimento en el cambio para los empresarios BIPOC que por un largo tiempo han vivido el racismo en la industria empresarial en Estados Unidos, que se idealiza el avanzar por sus propios medios. El avanzar no es un problema para las personas de color, ni para las mujeres de color. Dicen más bien que el camino es más difícil por las realidades que enfrentan en sistemas e instituciones que les discriminan.
La Reserva Federal de Estados Unidos encontró problemas generalizados de inequidades antes de que las comunidades BIPOC fueran impactadas por la pandemia y la inflación de manera desproporcionada. La agencia federal documentó esas inequidades en un reporte del 2017:
- A los empresarios afroamericanos se les negó préstamos a tasas el doble más altas que a los empresarios anglosajones. Mientras que las empresas propiedad de afroamericanos eran más propensas a solicitar financiación bancaria, menos del 47% de los solicitantes fueron financiados por completo.
- Cuando se aprobaban préstamos a los propietarios afroamericanos, la tasa de rechazo de una financiación completa fue la más alta de todas las categorías con más del 10%.
- Las empresas propiedad de afroamericanos eran más propensas que cualquier grupo a solicitar una tarjeta de crédito, y vieron las tasas de rechazo más altas.
- Un bajo número de propietarios afromaericanos y latinos recibieron préstamos de $100,000 o más en comparación con otros grupos étnicos.
En Arizona, la mayoría de las empresas propiedad de afroamericanos tienen menos de seis años de establecidas y tienen a estar en los sectores de medicina y servicios profesionales, lo cual “se le atribuye a varios factores sociales y económicos incluyendo la falta de acceso a capital de inversión”, según el The State of Black Arizona (en español, El Estado de la Arizona Afro), un grupo sin fines de lucro que analiza datos.
Bajas reservas de efectivo y “débiles relaciones con los bancos” significan que más empresas propiedad de personas afro cerraron durante los primeros años de la pandemia que negocios propiedad de otros grupos raciales y étnicos, según dijo el grupo en el reporte del año pasado.
Los préstamos respaldados por el buen carácter son una posible solución con potencial. En ese sistema, una solicitud de préstamo toma más en cuenta el buen carácter del dueño del negocio y su participación comunitaria que el puntaje de crédito y otras medidas tradicionales de comercios con la finalidad de incrementar el acceso a los propietarios dejados atrás por los sistemas crediticios tradicionales con antecedentes de discriminación crediticia.
Menos acceso a capital significa que hay menos oportunidad para crecer un negocio, resultando en una subrepresentación de grupos afro, latinos e indígenas en el emprendedurismo.
“Éste préstamo es tan único. Todo lo que tenemos que hacer es ser nosotros mismos, decir nuestra verdad”.
Katrina Calderón, CEO y fundadora de Regal Fierce Media.
Superando Desigualdades
Cuando Calderón le propuso a su esposo y un amigo empezar una agencia de mercadeo con ella, ellos dijeron, “¡Órale que sí”!
Ella estaba lista para poner sus habilidades en las comunicaciones y su red comunitaria a trabajar para ella y convertirse en emprendedora. Lanzó Regal Fierce Media en enero del 2020 cómo un trabajo informal.
Pero cuándo llegó el momento de pedir un préstamo para hacer crecer su negocio a un trabajo de tiempo completo, no pudo encontrar ningún, “¡Órale que sí”! Ni siquiera un, “De pronto”.

Los negocios locales habían pausado sus gastos en mercadeo durante los primeros meses de la pandemia. Ella no tenía suficiente historial crediticio para que le aprobaran una tarjeta de crédito. Tampoco calificaba para un préstamo PPP (Programa de Protección de Pago) de la Administración de Pequeños Negocios (SBA, en inglés) federal.
Ella no confiaba que los bancos iban a trabajar con los pequeños negocios “como dijeron que lo iban a hacer”. El proceso de solicitud era complicado y abrumador y ella sentía miedo al rechazo mucho antes de que el banco le dijera que no cumplía con los requisitos del préstamo.
Sintió como si fueran una serie de derrotas.
Luego escuchó sobre el Fondo de Préstamos BIPOC. Vio la lista de personas involucradas y se dio cuenta que todas eran personas que ella conocía en su comunidad.
“Todos me han visto crecer en ésta comunidad como joven emprendedora, como alguien que nunca se rinde ante sus sueños”, dijo Calderón.
La solicitud requirió que contestara preguntas por video, lo cual le pareció hecho a su medida.
“Éste préstamo es tan único”, dijo. “Todo lo que tenemos que hacer es ser nosotros mismos, decir nuestra verdad”.
Sintió alivio cuando solicitó y fue aprobada.
“Cuando eres una dueña de negocio que nunca ha recibido ningún apoyo financiero, te deja boquiabierto”, dijo Calderón.
Ella tomó un préstamo de $10,000, lo usó para comprar una nueva cámara de producción audiovisual, lentes, luces y almacenamiento. Vio que pudo competir con otras empresas de mercadeo más grandes por clientes más grandes. Y consiguió nuevos clientes, creció su negocio lo suficiente como para pagarse un salario a ella y a su esposo, su amigo, y otros creadores de contenido BIPOC en su red.
“Ese es el poder de la oportunidad”, dijo. “Ese es el poder de la perseverancia. Fuimos capaces de crecer nuestro negocio”.

‘Se nos olvida ver a la gente’
El Fondo de Préstamos BIPOC creció del interés de CIC en tomar acción para apoyar a dueños de negocios de comunidades de color después del homicidio de Floyd en Minneapolis en el 2020. La nación se alzó en contra de la injusticia racial y la igualdad, pidiendo responsabilidad en la policía y otros sistemas que dañan y discriminan desproporcionadamente a las personas de color.
Los empleados de CIC empezaron un fondo recaudando sus propias donaciones.
El Fondo de Préstamos BIPOC es administrado por un comité de ocho miembros de las comunidades BIPOC que nunca han estado involucrados en la industria prestamista. Buscaron nuevas maneras de hacer que la gente califique para préstamos.
“No solamente estamos democratizando el capital, estamos democratizando lo que el mundo dice debería ser un prestamista”, dijo Raymond, un miembro del comité.

Raymond tiene varios roles en su comunidad. Es Directora de Programas y Acceso Capital en Startup Tucson, Directora Ejecutiva Interina en la Tucson Urban League (Liga Urbana de Tucson), y está a cargo de Blissful Creatives, un consultoría de estrategia de negocios enfocada en financiación y capital.
El comité escogió intentar el modelo prestamista respaldado por el buen carácter.
“Entonces queremos saber más sobre ti, queremos saber sobre el negocio que estás administrando y cómo tu negocio impacta a la comunidad, y también qué significa tu negocio para ti”, dijo Raymond.
Para Connie Smith, un factor relevante fue estar involucrada en cocinar platos de comida para las personas sin hogar y con hambre.
Smith, una mujer negra, empezó su negocio de catering Cookwitcort después de dejar su carrera en el sector sin fines de lucro.
Empezó como un trabajo informal cuando estaba preparando almuerzos saludables y llevándolos a las oficinas de sus clientes y vendiendo sus macarrones con queso al horno famosos en Tucson como acompañante para cenas de Acción de Gracias.
Lo hizo todo desde su apartamento de un cuarto mientras se las ingeniaba para pagar sus cuentas. Mientras tanto, preparaba “festines comunitarios” de cenas de Acción de Gracias completas que repartía en los parques usando el apoyo de la comunidad y campañas para recaudar fondos.
Sintiendo el amor de la comunidad, preparó una serie de video grabados desde una mesa en su cocina como solicitud para el Fondo de Préstamos BIPOC. Con el dinero del préstamo, se compró un mantel plasmado con su logo, bandejas de catering para mantener la comida caliente durante sus eventos y una parrilla y una plancha para cocinar en eventos. También tomó clases y aprendió a leer documentos de contabilidad y analizar sus pasivos de su empresa.
“Me organicé para estar en una buena posición para alimentar a más personas y hacer más eventos”, dijo Smith.
El proceso de solicitud incluye acceder a miembros del comité para un apoyo. El proceso es más transparente y accesible por diseño, dijo Raymond. Querían que la solicitud se sintiera como una conversación de cafecito, dijo.
“Estábamos pensando en democratizar el capital, estábamos pensando en botar todo el sistema que está establecido a la basura y traer algo fresco y nuevo que es accesible para todos, no importa el color que seas”, dijo.
El comité eliminó la jerga crediticia y prestamista — lo cual Raymond dijo es una gran barrera — y ofreció múltiples maneras de solicitar, incluyendo enviar un video.
“El sistema está roto, y entonces todo lo que vemos son símbolos de dólar y números y se nos olvida ver a la gente”, dijo Raymond.
Dificultades e historia
Fue necesaria una crisis injusticia racial en Estados Unidos para que el Fondo de Préstamos BIPOC emergiera, pero no es simplemente una respuesta de crisis, explica Raymond.
Hay una larga historia de acceso inequitativo al capital para los emprendedores de color.
“El sistema prestamista no fue hecho para las personas de color”, dijo Raymond. “Fue hecho para dejarlos por fuera”.
Muchas personas BIPOC empiezan su emprendimiento por necesidad, dijo Raymond.
Es la manera con la que le proveen a sus familias y puede que no tengan otras oportunidades de hacer suficiente dinero, dijo. Al mismo tiempo, las personas BIPOC puede que no tengan colateral o crédito que cumpla con los requisitos que buscan las instituciones de préstamos tradicionales.
Lauren Ruffin es una futurista basada en Phoenix e investigadora que piensa en cómo capitalizar a los emprendedores creativos en una economía creativa.
Ella ha investigado los préstamos respaldados por el buen carácter desde hace casi un año como Líder de Campo Nacional en Residencia en el Instituto Herberger de la Universidad Estatal de Arizona. Planea lanzar un fondo de préstamos respaldados por el buen carácter en Nuevo México. También es cofundadora de Crux, una cooperativa de artistas afro que trabaja con AR y VR (realidad aumentada y realidad virtual, por sus siglas en inglés).
Los puntajes de crédito no son una representación precisa de cómo la gente gasta su dinero, dijo Ruffin. Por ejemplo, si alguien paga su renta a tiempo por muchos años o ha pagado sus cuentas usando una aplicación como Venmo, eso no va a ser registrado en un puntaje de crédito, entonces los bancos no ven esos registros de éstos buenos hábitos financieros.
Además, los puntajes de crédito de las personas BIPOC se vieron más afectados durante la pandemia, dijo.
Y los dueños de negocios BIPOC algunas veces enfrentan discriminación solapada.
“He visto a muchas personas que se les niega entrar por la puerta, que son rechazadas por su nombre”, dijo Raymond.
Como mujer negra, ella utilizó el nombre Kay en vez de Keneshia por 10-15 años porque pensaba que sonaba más blanco y más atractivo que Keneshia para la comunidad blanca en donde trabajaba, dijo.
Y la historia también juega un papel.
La gente BIPOC que han tenido experiencias hostiles con el sistema bancario se extraen a sí mismos del sistema, dijo Ruffin.
Los dueños de negocio de color pueden pensar que un banco les va a decir que no antes de darles una oportunidad para decir que no, entonces ellos mismos se extraen de la contienda, dijo Raymond.
“Hay demasiadas barreras en contra de ti”, dijo.
Por qué funcionan los préstamos respaldados por el buen carácter
Los préstamos respaldados por el buen carácter puede que sean más justos y hasta pueden reparar algo del daño ocasionado en el pasado, dijeron Raymond y Ruffin.
“Como personas de color, no queremos que nos regalen nada, nunca hemos pedido que nos regalen nada”, dijo Raymond. “Estamos pidiendo que nos de lo que se les da a otras personas para ayudarles a crecer su negocio y sabemos que podemos pagarlo de vuelta”.
El Fondo de Préstamos BIPOC no se trata de “salvar” a los negocios BIPOC, se trata del desarrollo económico y del crecimiento comunitario, dijo.
Los dueños de negocios usan el dinero prestado para comprar equipo, capacitaciones o adquirir inventario y suministros necesarios para crecer su negocio.
Los programas de préstamos respaldados por el buen carácter tienen tasas mucho más bajas de incumplimiento en comparación a los programas de préstamos tradicionales, por lo general del 1% en comparación con el 4 a 5% de los préstamos tradicionales, dijo Ruffin.
Eso “se debe en gran parte a que se construye una relación con la gente, entonces es casi imposible que ellos incumplan a menos de que te paren de hablar”, dijo.
Y si parece que alguien va a incumplir un pago, un programa de préstamos respaldados por el buen carácter pregunta qué cantidad puede pagar el propietario, qué apoyo necesitan, cómo se les puede conectar con recursos y más.
“Es toda una manera diferente de pensar en los préstamos”, dijo Ruffin.
Puede que se necesite un cambio en lo que la sociedad piensa sobre los pequeños negocios, dijo. Ganar el suficiente dinero para apoyar a una familia debería ser una medida de triunfo que se valora – no solamente cuando un negocio está creciendo o en escala.
Se hace un daño real cuando un banco le niega a un dueño de una pequeña empresa acceso a capital, desde el sentimiento de desesperanza a sentir que no eres un miembro valorado por la comunidad, dijo Ruffin.
Los préstamos respaldados por el buen carácter puede que reparen algún daño, dijo, al cambiar los sistemas en donde las personas saben de entrada que alguien cree en ellos.
“Con todo éste trabajo en los préstamos respaldados por el buen carácter que estamos viendo alrededor del país, estamos devolviéndonos a cómo siempre hemos hecho las cosas. No es nuevo”, dijo Ruffin. Se parece a como se veían los préstamos comunitarios antes de la crisis bancaria de los 1980s, cuando la gente muy probablemente conocía a un banquero que vivía y trabajaba en su propia comunidad.
“Lo que en realidad estamos tratando de hacer es regresar a una manera de ser que en realidad es más saludable para nosotros como comunidad y como sociedad”, dijo.
Llegando al sí
Hay algunas limitaciones con los préstamos respaldados por el buen carácter, incluyendo algunas de las mismas barreras que tienen los programas de préstamos tradicionales.
Ser preciso y diligente es necesario, dijo Ruffin. Como todos los préstamos, algunas veces se ve que los que solicitan préstamos respaldados por el buen carácter no llevan una contabilidad o que tienen una contabilidad muy desorganizada, dijo. Hay veces que una capacitación para corregir esto puede ayudar, pero no siempre es posible. (Los bancos puede que rechacen a esos solicitantes).
Raymond dijo que el Fondo de Préstamos BIPOC de Tucson por lo general provee apoyo y educación antes de que el comité pueda decir que sí. Algunos dueños de negocios necesitan registrarse oficialmente con el estado como una entidad. Otros necesitan abrir una cuenta de banco de negocios y aprender a leer estados financieros.
“No decimos que ‘no’, decimos ‘no por ahora’ y les ayudamos a prepararse” para solicitar otra vez y que la respuesta sea sí, dijo Raymond.
Otro factor es el aspecto micropréstamo. El Fondo de Préstamos BIPOC puede prestar hasta $10,000 y algunos negocios necesitan más que eso.

Creciendo sueños y empleos
Alana Solís, una emprendedora latina de Marana, era pasante con Calderón cuando aprendieron sobre el Fondo de Préstamos BIPOC.
Solís está haciendo creciendo dos negocios pequeños mientras trabajaba a medio tiempo como cocinera y tomaba clases de negocio en el Colegio Comunitario de Pima. La joven de 25 años ha tenido dos trabajos, algunas veces ganando $7.25 la hora, desde que tiene 15 años. Ella ayuda a apoyar a su mamá y sobrino.
Las ganas están arraigadas en ella.
Hace dos años le ayudó a su novia, Paulina Delgado, a empezar un negocio de repostería, Pau’s Pan Dulce.
Ambas se conocieron en la secundaria, trabajaron juntas en restaurantes y se enorgullecen mucho por su trabajo.
A Delgado la habían despedido de su trabajo y quería poner su experiencia de 10 años en repostería a producir para sí misma. Decidieron que Delgado iba a hacer rollos de canela, panes de calabacín y otras delicias, y Solís iba a venderlos en las redes sociales.
“Vamos a hacer que esto pase, podemos hacerlo, tenemos esto”, Solís recuerda haber pensado.
Vendieron todo su inventario de panadería en un día y desde entonces el impulso nunca ha parado.
Usaron unos cheques de desempleo para empezar el negocio de repostería. Compraron un tablero de tiza, una carpa y una mesa para tener un puesto en los mercados, además de bolsas de harina de 50 libras y estantes y contenedores de almacenamiento de calidad alimentaria.
Luego Solís pensó, “Si puedo hacer esto por ti, lo puedo hacer por mi y por nosotras para que podamos trabajar juntas, como tener lo picante y lo dulce”.
Había aprendido de sus tías en Hermosillo cómo hacer chamoy desde cero con tamarindo, azúcar y especias. Se dio cuenta que el chamoy se estaba volviendo tendencia en las redes sociales y pensó que su propia receta podría sobresalir por ser el “chamoy auténtico”.
Se inventó una versión “americanizada” con más azúcar para hacer un jarabe más viscoso y poder embadurnar dulces, condimentar fruta fresca, decorar el borde de los vasos y darle sabor a los cacahuates.
Ahora vende botanas de chamoy por medio de su propio negocio, Dirty T Tamarindo.
Ella hace sus productos hombro a hombro con su novia en la misma isla en la cocina.

Sintieron desánimo cuando buscaron recursos para crecer sus dos negocios de comida.
Solís dijo que ella no pensaba que podría ser elegible para un préstamo, no sabía qué se necesitaba, a dónde ir o a quién preguntarle. Abrió una cuenta de banco de negocio pero le dijeron que no podía pedir un préstamo hasta que su negocio tuviera dos años.
Aprendió todo lo que sabe de negocios de libros e investigando por internet. “Tuvimos que enterarnos de todo muy lentamente y poco a poco”, lo cual fue estresante, dijo. Aprendió sobre presentar documentos con las agencias estatales indicadas y cumplir con todos los requisitos para operar un negocio de comida desde casa. Muchas veces anhelaba tener un mentor a quien acudir.
Las personas no siempre las toman con seriedad, aunque tengan ganancias, dijo Solís. Ellas son jóvenes, son mujeres, son LGBTQ, son latinas – y son bajitas, recalca con una sonrisa.
Piensa bastante en la discriminación. “Lo estoy viendo. Pienso en eso todo el tiempo”, dijo. “¿Qué pasaría si hubiera una cara diferente al frente de mi negocio? ¿La gente estaría más dispuesta? ¿Qué tanto más dispuestas hubieran estado las personas si nosotras tuviéramos un aspecto diferente?”
Además, no es parte de su cultura pedir ayuda monetaria, dijo.
Entonces cuando Calderón le dijo sobre el Fondo de Préstamos BIPOC, se sintió sorprendida y un poco sentimental. “Nos están buscando”, pensó.
La pareja planea pedir un préstamo. Sueñan con desarrollar sus sitios web con plataforma de e-commerce, comprar una carreta para que Solís pueda vender sus productos de dulces y frutas en fiestas y eventos, y eventualmente un local comercial para la repostería de Delgado.
Tienen una visión de que estos pequeños negocios serán sus fuentes principales de ingreso y crearán riqueza generacional para sus familiares. Y un día cercano, hasta puedan generar nuevos empleos en Tucson para otras personas BIPOC y LGBTQ.