Profundiza

Arizona aún está en medio de una sequía de 27 años, pero lluvias recientes han permitido que la naturaleza se recupere. La mala noticia: Lluvias récord de monzón podrían resultar en una peor temporada de fuegos que de costumbre. La buena noticia: Algunos niveles de agua subterránea se han restaurado y manantiales que durante mucho tiempo estuvieron secos han revivido
¿Cómo puedes ayudar? Captura el agua de lluvia y aboga por políticas municipales que no tratan el agua pluvial como un fastidio.

Tras uno de los veranos más húmedos que se ha registrado en el estado, y lluvias invernales récord que han hecho que nuestro periodo frío sea aún más frío, todo Arizona sigue enfrentando condiciones de una sequía que han durado décadas.  

En resumidas cuentas: Lluvias récord de monzón no hicieron mucho para sacar a nuestro estado desértico de una sequía de largo plazo que ha durado 27 años

Así es. De Yuma a Tucson a Phoenix a Flagstaff, y en todos los bellos pueblos entremedio: Están en medio de una sequía a largo plazo. 

Ahora, esto es lo que hay que entender sobre Arizona, porque cuando se habla de Arizona, siempre hay algo que explicar: Nuestro clima extremo lleva a los expertos a hablar de condiciones de sequía a largo plazo y condiciones de sequía a corto plazo. 

Así es como lo explica la Oficina Estatal de Clima de Arizona: “Debido a que Arizona tiene un clima árido y semiárido, la variabilidad extrema en la precipitación es normal. La sequía, por otro lado, se caracteriza por una racha de años secos, interrumpidos de vez en cuando por uno o dos años húmedos”. 

“Ha habido fluctuaciones — ha sido como una montaña rusa”, dijo Brian Fuchs, climatólogo del Centro Nacional de Mitigación de la Sequía en Lincoln, Nebraska.

Las lluvias invernales significan que las condiciones de sequía de Arizona han mermado, pero no lo suficiente para que algún rincón del estado salga de lo que el centro caracteriza como condiciones “anormalmente secas” a condiciones de sequía cada vez más severas. 

Eso significa que hay un forraje limitado, que la tierra está seca y que el riesgo de fuego aumenta durante gran parte de Arizona, con condiciones más serias en algunas partes del estado, según los recientes pronósticos del Sistema Nacional Integrado de Información sobre Sequías. 

Aproximadamente un 56.7% del estado se encuentra en condiciones de “sequía moderada”.  Eso significa que las plantas están estresadas, las laderas se han puesto color marrón, los pozos y arroyos están casi secos y algunos manantiales se han secado del todo. 

Pero vivimos en un estado en el que hay que soportar refranes veraniegos que instan a los arizonenses a que se aguanten. Que es un calor seco. ¿Acaso no han estado en Arizona en julio? Realmente sientes que si sales te has metido al GIF de Elmo en llamas. 

¿Qué parte de “es un calor seco” no entendiste? Aguántate. 

Fríe un huevo y sigue leyendo sobre lo que está a la vista para el clima de AZ 

Entonces, ¿qué debe hacer un arizonenses cuando llueve el día de Navidad y sigue lloviendo a principios de enero, pero el 2022 comienza con el 27mo mes de enero más seco en los últimos 128 años? ¿Y no alivio de la sequía a largo plazo?

Lo afrontamos con optimismo: Al menos el calor de Arizona nos permite freír huevos en la acera. 

Eso significa que acatamos las advertencias sobre condiciones de fuego peligrosas y nos abrigamos con nuestras chaquetas, botas, bufandas y gorros cuando baja a los 60 grados. Y cuando de pronto está a 80 grados en febrero, nos ponemos pantalones cortos y camisetas.

A la vez damos gracias de que, según los informes de monitoreo de sequías nacionales, ninguna parte de Arizona enfrenta condiciones de sequía excepcional y que solamente 5.1% del estado atraviesa condiciones de sequía extrema, la medida de sequía más peligrosa y segunda más peligrosa, respectivamente.

El 2021 fue el quinto año más caliente que se ha registrado en Tucson, según el Servicio Nacional de Meteorología de Tucson. Eso coloca a la ciudad justo detrás de la Madre Tierra, que experimentó su sexto año más caliente desde 1880, según científicos de los Centros Nacionales de Información Ambiental.

Phoenix estuvo empatado por el 10mo año más caliente en el registro, mientras que Yuma quedó empatado por el octavo más caliente, según el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés.) (Interrumpimos esta nota sobre el clima para destacar un dato curioso para aquellos fascinados por el clima como nosotros: Según el NWS: “Los récords en Phoenix empiezan a partir de 1896, tomados en un principio en el centro de la ciudad y desde los años 50 en el aeropuerto Sky Harbor. Los récords en Yuma empiezan a partir de 1878.”)

Rob Howlett, meteorólogo del NWS, dijo que el pronóstico invernal se vio afectado por la presencia de La Niña, un evento climático caracterizado por un enfriamiento inusual de las aguas marinas al oeste de Sudamérica. 

Drought map of Arizona

Pese a que las lluvias invernales en diciembre y enero batieron récord, los expertos en meteorología están pronosticando que veremos poca lluvia a medida que se acerca la primavera. Eso significa que Arizona podría caer en condiciones de sequía más graves. 

Las lluvias produjeron un incremento repentino en la vegetación que podría provocar incendios forestales en la primavera

Se espera que áreas de Arizona anormalmente secas “vean el desarrollo de sequía entrando a la primavera,” dijo Fuchs, agregando que el monitoreo nacional de sequía no identifica la intensidad de las condiciones de sequía que se avecinan para el estado.  

Mike Crimmins, profesor y especialista de extensión en la Universidad de Arizona, dijo que una temporada larga y seca también significa que hay mayores posibilidades de incendios forestales en la primavera. Aunque parezca contradictorio, la lluvia del más reciente monzón está contribuyendo en parte a esa posibilidad. 

“El diestro normalmente no es muy productivo”, dijo Crimmins. “No es a menudo que se ve crecer la vegetación como la vimos este año”. 

La vegetación frondosa se seca y se pone marrón y crujiente, creando una abundancia de combustible de plantas secas por todo el desierto. 

Pese a esto, Crimmins dice que las lluvias veraniegas le hicieron mucho bien al desierto de Tucson, especialmente después de otro fenómeno La Niña el pasado invierno y un monzón más seco que de costumbre en el 2020.

“Estamos en serios problemas la primavera anterior, y luego tuvimos una temporada de monzón bien inusual, y es como si la naturaleza estuviera tratando de ponerse al día”, dijo Crimmins. “Y sinceramente, si analizas la matemática y las estadísticas, así fue. Para todo año de agua, solucionamos una sequía que se presentó en dos temporadas en una temporada”.

Aunque esas lluvias no lograron revertir las condiciones de sequía a largo plazo en la región, sí ayudaron a restaurar algunos niveles de agua subterránea y a revivir manantiales que desde mucho estaban secos. 

Lo que puedes hacer para ayudar

Crimmins dijo que estar consciente de nuestro clima local y de los recursos de agua limitados es clave para preservarlos, y los esfuerzos comunitarios deben abarcar tantos los años y temporadas secas como las húmedas. 

“Realmente estamos innovando en Tucson en maneras de las que mucho del resto del Oeste está aprendiendo”, dijo Crimmins. 

Crimmins agregó que en algunas ciudades, el agua pluvial tradicionalmente se ha visto como un fastidio, que se saca de la ciudad para que se evapore. Dijo que ese no es el caso en Tucson, donde las comunidades están reconsiderando su forma de tratar las aguas pluviales, capturando la escorrentía en cuencas para recargar el acuífero y guardándola para utilizarla durante los meses secos de verano. 

En el 2005, oficiales de Tucson publicaron un manual de recursos y pasaron una ordenanza para apoyar la captura de agua para uso por constructores proponiendo buenos proyectos, y para proyectos municipales. 

“El manual está dirigido principalmente a desarrollos comerciales, pero los diseños conceptuales y las configuraciones se adaptan fácilmente para el uso en lotes residenciales”, según la página de Tucson sobre la captura de agua. 

Capturar el agua de lluvia es una de las maneras en que la comunidad puede ayudar a conservar y manejar el uso del agua durante el año, dijo Crimmins. Usando agua capturada en lugar de agua potable de la llave para la irrigación, el riego de plantas en macetas y otros propósitos, la gente puede ayudar a conservar fuentes primarias de agua, muchas de las cuales se remontan miles de años, para futuras generaciones. 

Mediante la captura, esa agua se convierte en un recurso para solucionar problemas durante épocas secas, en lugar de un problema que debe solucionarse. 

La editora ejecutiva Dianna Náñez contribuyó a este reportaje. Traducción por Nathalie Alonso.

Carolyn J. Rousch

Carolyn Rousch is a freelance writer, hobby photographer, whiskey enthusiast, and quasi-outdoorsy person based in Tucson. In 2021, she left a decade-plus career in the non-profit and higher education world...