NOGALES, México — Mirando su teléfono celular, Lidia frunce el ceño. A través de la pantalla hay una mujer rubia con ojos azules, un gorro rosa y las pestañas maquilladas con rimel quien demuestra cómo migrantes en busca de asilo deben posicionar sus caras para la aplicación móvil CBP One del gobierno federal.

“Captura de Rostro”, dice el mensaje arriba de la cabeza de la mujer rubia. Y luego, “Toque en cualquier lugar para continuar”.

Lidia es una mujer indígena del pueblo Mam y originaria de Oaxaca. Los Mam son personas mayas quienes principalmente hablan el idioma Mam y viven en Guatemala y estados del sur de México. Lidia toca la pantalla de su celular, donde de fondo está la cara de la mujer rubia, para continuar e intentar tomarse una selfi.  

“Error”, muestra la pantalla.

“No me veo como ella”, dice Lidia, cambiando de postura e intentando que le dé más luz de la ventana. “Tal vez ese es el problema.”

Lidia es bajita, mide apenas 5 pies, tiene pómulos redondos, cabello oscuro. Le ayuda a su hijita a subirse en la silla a su costado.

Lidia es una de las más de dos docenas de migrantes en busca de asilo quienes, durante una tarde de viernes a principios de febrero, asistieron a un taller de soporte técnico en Nogales, Sonora. Voluntarios a favor de los derechos de los migrantes han estado organizando talleres en un salón amplio con una mesa larga y un pizarrón.

Actualmente, la app CBP One es la única manera para quienes buscan asilo de obtener una excepción y sacar una cita en una garita fronteriza para presentar un caso de asilo. Nogales es el único  puerto de entrada terrestre fronterizo en Arizona donde los migrantes pueden sacar una cita para su caso de asilo, lo que resulta en migrantes llegando a una ciudad que tiene pocos recursos para ellos y poca gente que les puedan apoyar.

En la Iniciativa Kino para la Frontera, Gia Del Pino lidera una clase para orientar a personas que migraron en busca de seguridad sobre cómo usar la app CBP One en Nogales, Sonora el viernes, 3 de febrero de 2023. Credit: Michael McKisson

En la Iniciativa Kino para la Frontera, Gia Del Pino lidera una clase para orientar a personas que migraron en busca de seguridad sobre cómo usar la app CBP One en Nogales, Sonora el viernes, 3 de febrero de 2023.

En un patio cerrado, algunos voluntarios terminan de limpiar y desayunan tarde. En el salón, otros voluntarios ayudan a las personas a entender sus derechos legales y humanos por medio de una fallida aplicación móvil de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

Durante años, el número de personas que llegan a Estados Unidos buscando asilo ha incrementado.

En marzo de 2020, la administración de Donald Trump invocó un anticuado código de salud pública, conocido como el Título 42, para automáticamente expulsar a cualquier persona que sin autorización cruce la frontera. Desde entonces, la gran mayoría de personas que llegan o cruzan la frontera con México a pedir protecciones humanitarias son rechazadas.

La medida fue la culminación de años de esfuerzos para limitar el asilo, convirtiendo varios sitios en el norte de México en campos de refugiados de facto.

Para mitigar la crisis, la Iniciativa Kino para la Frontera, o IKF, expandió su asistencia. La organización ha ayudado a migrantes en el norte de Sonora por décadas, brindando un lugar seguro, camas, comida, asistencia médica y algunos servicios de apoyo legal y social. Ahora, sus voluntarios también ayudan a una nueva población de personas a quienes se les ha bloqueado acceder a la seguridad y quienes enfrentan condiciones precarias en el norte de México, sin poder regresar a sus hogares, estados y países.

IKF tiene talleres dos veces a la semana que son básicamente sesiones de soporte técnico para quienes buscan asilo, según Gia del Pino, directora de comunicaciones de la organización. 

Gia del Pino, directora de comunicaciones de la Iniciativa Kino para la Frontera, escucha a personas migrantes explicar los retos de usar la app CBP One de Aduanas y Protección Fronteriza durante una sesión en Nogales, Sonora, el viernes, 3 de febrero de 2023. Foto: Michael McKisson

CBP One, que se suponía iba a ayudar a agilizar el acceso a la solicitud de asilo, utiliza software de reconocimiento facial para comparar rostros de quienes piden asilo con sus caras en otros documentos de identidad. También revisa sus rostros a través de una base de datos de seguridad nacional y terrorismo.

¿El problema? La tecnología al parecer es incapaz de reconocer muchas caras, especialmente cuando las personas tienen tonos de piel más oscuros o rasgos indígenas — cuando no se ven como la modelo rubia en el fondo de la pantalla.

Activistas han encontrado que los migrantes en busca de asilo africanos o afrodescendientes enfrentan mayor sesgo al momento de usar la aplicación ya que el algoritmo no reconoce su tono de piel.

Lidia y otros migrantes en busca de asilo entrevistados para este reportaje – quienes temen persecución en sus países y la inseguridad y el peligro en el norte de México – se identificarán sólo por su nombre.

Los críticos argumentan que las complicaciones legales de larga data, la discriminación y otros obstáculos para acceder al asilo ahora se han visto agravados por el nuevo mandato de la administración de Joe Biden de utilizar la aplicación móvil.

La tecnología de reconocimiento facial fallida es sólo un punto en una serie de quejas que los solicitantes de asilo y sus defensores han enumerado sobre la aplicación. También se necesita una muy buena señal de Wi-Fi para que funcione y requiere la autenticación de dos factores. Ese es un problema para las personas menos ricas o con menos conocimientos tecnológicos que no tienen correo electrónico. Y la app solo está disponible en tres idiomas: inglés, español y, recientemente y después de las críticas de los inmigrantes haitianos, en criollo haitiano.

Rafael (derecha) y su hijo Marcelo intentan agendar una cita con representantes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos por medio de la app CBP One durante una sesión de entrenamiento que sostuvo la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, el viernes, 3 de febrero de 2023. Ellos salieron del Perú huyendo de la crisis política. Credit: Michael McKisson

Rafael (derecha) y su hijo Marcelo intentan agendar una cita con representantes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos por medio de la app CBP One durante una sesión de entrenamiento que sostuvo la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, el viernes, 3 de febrero de 2023. Ellos salieron del Perú huyendo de la crisis política. 

Todo eso ahora pone un muro tecnológico entre quienes buscan asilo y lo que antes fue un proceso más sencillo, a pesar de ser angustioso y legalmente difícil de conseguir. Los activistas por los derechos humanos argumentan que el proceso de huir hacia la frontera y pedir protecciones de asilo está descarrilado por una aplicación móvil que pone en riesgo la vida mientras la gente se preocupa por sus teléfonos celulares y languidece en el norte de México.

Hace varios años existe la aplicación móvil, pero fue actualizada recientemente como parte de una serie de nuevas iniciativas de la administración Biden.

La orden del Título 42 de salud pública le cerró a quienes buscan asilo las puertas de los puertos terrestres fronterizos. Después de varias demandas y fechas prolongadas para el fin de la orden, la medida podría expirar en mayo, mientras que el gobierno federal revisa comentarios del público sobre las nuevas normas para el asilo y se alista para poner fin a la orden en salud pública nacional por COVID-19.

La aplicación, según un anuncio del 12 de enero del Departamento de Seguridad Nacional, tenía como objetivo “reducir los tiempos de espera y ayudar a garantizar un procesamiento seguro, ordenado y optimizado”.

Pero como relatan Lidia y otros como ella, la app está teniendo el efecto contrario: es una herramienta más que utiliza el gobierno de Estados Unidos para negar el asilo y forzar a migrantes en condiciones de peligro y pobreza fuera del territorio del país.

Eleanor Acer, directora de Protección a Refugiados para Human Rights First, dijo en una llamada reciente con medios que la administración Biden está en efecto “impulsando la agenda de la administración Trump”.

“Ni las leyes de Estados Unidos o internacionales tienen como requisito el acceso a la tecnología para poder ejercer tu derecho humano a pedir asilo”, dijo Acer. “No hay duda que la app CBP One no debería – legalmente, moralmente, o de cualquier otro modo – ser la única forma en la cual las personas pueden acceder al asilo en los Estados Unidos”.

Una misiva del 13 de marzo firmada por 35 miembros del Congreso, incluyendo el diputado demócrata Raúl Grijalva de Arizona, y dirigida al secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, comunica que sus despachos “han recibido numerosos reportes de falta de usabilidad y accesibilidad e inequidad que ya han resultado en daños graves para los solicitantes de asilo” debido a depender de la aplicación CBP One.

En el taller de IKF en Sonora, a menos de una milla de la frontera con EU, Lidia se reacomoda frente a la ventana tratando de encontrar una luz más favorable, y otra vez fija su rostro frente a la cara de la modelo rubia.

Lidia explica que no sabe leer muy bien, pues sólo cursó un año de escuela. Se le dificulta no solamente descifrar cómo tomar y subir su foto, pero también cómo completar los otros requisitos de la aplicación que le pueden permitir presentarse a la frontera entre México y Estados Unidos.

Las personas en busca de asilo tienen como requisito usar la nueva aplicación móvil CBP One para tomarse una foto y empezar el proceso. Foto cortesía de la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, capturada el viernes, 3 de febrero de 2023. Credit: Michael McKisson

Las personas en busca de asilo tienen como requisito usar la nueva aplicación móvil CBP One para tomarse una foto y empezar el proceso. Foto cortesía de la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, capturada el viernes, 3 de febrero de 2023.

“Tengo que resolverla”, dice Lidia, mirando a sus hijos. “Es para ellos más que nada”.

Sus dos hijos, de 6 y 4 años, juegan sentados en sillas al lado de ella. Lidia dice que la violencia en su pequeña comunidad en Chiapas obligó a los maestros a abandonar la escuela del pueblo. Las balaceras eran comunes, y sentía miedo no sólo porque no podría darle una educación a sus hijos, sino también porque no podría mantenerlos con vida.

Después de una travesía en autobús de varias semanas para llegar a la frontera con Estados Unidos, el mayor obstáculo que ahora enfrenta es una aplicación móvil.

Bloqueando el asilo

Desde que se aprobó la Ley de Refugiados de los Estados Unidos de 1980, la cual alineó al país con los protocolos inicialmente establecidos por la Convención de Refugiados de las Naciones Unidas en 1951, cualquier persona que esté en Estados Unidos, sin importar cómo llegó, o que llegue a la frontera del país tiene la oportunidad de solicitar asilo.

Si bien durante mucho tiempo ha habido excepciones sobre a quién se le puede otorgar asilo y, en la práctica, la política discriminaba a ciertas nacionalidades, no se cuestionaba el principio de ofrecer protecciones a quienes lo necesitaban. Eso empezó a cambiar drásticamente durante la administración Trump, cuando la Casa Blanca y funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional concertaron planes para truncar tanto procesos de asilo como de refugiados.

En los dos meses transcurridos desde que la administración Biden anunció su revisión al sistema de pedir asilo (plan que podría tener algunos cambios y que no entrarían en vigor en mayo), los legisladores y abogados nacionales e internacionales han estado hablando con gente afectada.

Están intentando entender cómo el lanzamiento de la app CBP One para quienes buscan asilo ya está creando desorden. Escuchan historias como las que les cuentan los voluntarios del grupo de soporte técnico de IKF en Nogales quienes intentan ayudar a migrantes como Lidia y sus hijos a ejercer sus derechos, tener seguridad y navegar una pesadilla tecnológica.

La aplicación CBP One hace parte de una estrategia en varios frentes que la administración Biden está implementando para intentar reducir la cantidad de migrantes, en su mayoría solicitantes de asilo, que llegan a la frontera sur del país.

Otra estrategía incluye una política que permite que hasta 30,000 personas de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua entren condicionalmente a Estados Unidos cada mes, mientras se permite expulsar inmediatamente a México a 30,000 personas de cada país. Este plan se ha expandido a otros países desde el otoño pasado cuando inicialmente se aplicó solo a venezolanos, y que luego sirvió para crear un plan similar para ucranianos. La entrada condicional sólo es temporal, y no establece un camino para la permanencia o ciudadanía, y tampoco permite que aquellos que son elegibles traigan a sus familiares.

El 21 de febrero, la administración Biden anunció sus más restrictivas iniciativas, en las cuales se le niega el asilo a quienes transitaron por otro país sin buscar protección allí primero y se les penaliza si cruzan la frontera sin autorización. El castigo va directamente en contra de la actual ley federal, que indica que cualquier migrante “que esté presente físicamente en Estados Unidos”, sin importar si tiene estatus o donde este, puede solicitar asilo.

La propuesta para las nuevas normas, a la cual el público pudo aportar sus comentarios y que está programada para entrar en vigor en mayo, describe a la aplicación CBP One como un “innovador mecanismo para que los extranjeros agenden una hora para presentarse a las garitas fronterizas”. 

El público pudo dar sus opiniones sobre la propuesta hasta el 27 de marzo.

La nueva norma propone expandir el uso de la aplicación, ya que la mayoría de las personas en busca de asilo fuera de Estados Unidos van a necesitar utilizar la app para solicitar acceso a las protecciones que buscan.

“El uso de esta aplicación protege a los migrantes de tener que esperar en largas filas por un tiempo indeterminado en los puertos de entrada y permite que los puertos de entrada gestionen los flujos de manera segura y eficiente”, precisa el texto de la nueva norma.

Si bien la regla afirma que la aplicación está “creando eficiencias” en el procesamiento de asilo, la administración también reconoce que están “conscientes de las preocupaciones con respecto a la accesibilidad” de la aplicación.

También señalan que puede haber excepciones al requisito de usar la aplicación, siempre que el solicitante de asilo “demuestre mediante una preponderancia de la evidencia que no fue posible acceder o usar la aplicación CBP One debido a la barrera del idioma, el analfabetismo, una grave falla técnica u otro obstáculo continuo y serio”.

Los funcionarios de CBP no respondieron a preguntas detalladas sobre la inaccesibilidad de la aplicación móvil.

Las normas de asilo propuestas son “una sentencia de muerte para las comunidades pobres, indígenas, LGBTQ+, africanas y otras que no pueden darse el lujo de comprar un boleto directo a los Estados Unidos”, dijo Bilal Askaryar, gerente interino de la campaña #WelcomeWithDignity (en español, Bienvenidos con Dignidad).

La trabajadora social Yemilka Hernandez ayuda a una persona a navegar la app CBP One durante un taller de orientación que organizó la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, el viernes, 23 de febrero de 2023.

La trabajadora social Yemilka Hernandez ayuda a una persona a navegar la app CBP One durante un taller de orientación que organizó la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, el viernes, 23 de febrero de 2023. Credit: Michael McKisson

‘¿Qué hago?’

El software de reconocimiento facial con el que Lidia y otros están lidiando es sólo una pequeña parte del problema con CBP One. 

“La app tiene muchas fallas”, dice Gia, vocera de IKF.

Erika Pinheiro, directora ejecutiva de Al Otro Lado, una organización defensora de los derechos de los migrantes con base en Tijuana, hizo eco de las opiniones de Gia. 

“Tienes que pasar por varias páginas y la app sigue colapsando” dice.

En el taller de IKF, José, oriundo del estado de Guerrero, mostró su celular para explicar que el sistema operacional de su Google Chrome insistía en llenar las cajas en blanco automáticamente, pero que cuando aceptaba el permiso para que así lo hiciera, no llenaba las cajas en blanco, y si negaba el permiso, volvía a preguntarle si quería llenar automáticamente el formulario.

“¿Qué hago?”, le preguntó José a su vecino Rafael, un peruano en busca de asilo. Rafael le mostró su celular, con el mensaje: “El código enviado no es válido”.

Con en tono de desesperación, otro hombre dice, “Yo ni siquiera tengo correo electrónico”.  

Gia está parada en la cabeza de una gran mesa formada por varias mesas. En ellas dos docenas de hombres y mujeres, y unos pocos niños, que digitan en sus teléfonos.

“¿Hay alguien más que necesite ayuda para abrir un correo electrónico?”, pregunta Gia. 

Se alzan seis manos.

“¿Alguien más que tenga problemas sólo con poner su email?”

Ocho manos.

“¿Alguien que no entienda lo que la aplicación te está pidiendo?”

Cinco manos.

“¿Alguien que no haya podido tomar la foto?”

Nueve manos.

“La aplicación no está bien hecha,” dice Gia.

Sugiere que intenten cerrarla y reiniciarla, pero admite que al hacer eso se tendrá que llenar todo otra vez desde el principio. Con la paciencia y la ecuanimidad de un maestro de escuela, después de más anuncios y respuestas generales, Gia comienza a dar vueltas alrededor de las mesas, inclinándose sobre los hombros de los asistentes, deslizando su dedo por las pantallas e intentando responder y solucionar problemas específicos.

Una persona migrante intenta tomarle una foto a su hijo usando la aplicación CBP One durante un taller de entrenamiento organizado por la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora el viernes 3 de febrero de 2023. A las personas que migran en busca de la seguridad se les ha dificultado usar la app porque se cierra con frecuencia y tiene varias fallas.

Una persona migrante intenta tomarle una foto a su hijo usando la aplicación CBP One durante un taller de entrenamiento organizado por la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora el viernes 3 de febrero de 2023. A las personas que migran en busca de la seguridad se les ha dificultado usar la app porque se cierra con frecuencia y tiene varias fallas. Credit: Michael McKisson

‘Muros fronterizos virtuales’

“Hay cosas que esperábamos ver que son aún peores de lo que pensábamos, especialmente la inequidad de acceso entre personas racializadas”, dijo Erika, de Al Otro Lado.

Los migrantes en busca de asilo provenientes de Haití enfrentan dificultades específicas. Cuando la aplicación fue inaugurada inicialmente para su uso entre solicitantes de asilo en enero, no había una opción para los hablantes del criollo haitiano. Para el 16 de marzo, el sitio web en criollo haitiano de la aplicación es un revoltijo de palabras casi ilegible. No es el único caso en que los sitios web de CBP no son accesibles para los haitianos.

Laura Wagner, líder del equipo de Criollo Haitiano del grupo Respuesta de Crisis y Traducción, dijo que algunas páginas web de CBP utilizan servicios del traductor de Google.

“Los migrantes haitianos no solo se enfrentan a una plataforma web con fallas que no funciona bien, muestra mensajes de error en inglés, y que constantemente no logra reconocer a personas con piel más oscura”, dijo Wagner. “Pero también con kreyòl mal traducido, cuando esos páginas o plataformas están traducidas”.

Jean Jeef Nelson, administrador de casos de Haitian Bridge Alliance, explicó que incluso cuando las traducciones al criollo haitiano funcionan en la aplicación, solo lo hacen en los primeros pasos para tratar de programar una cita. Luego, la aplicación vuelve a cambiar a inglés o español. Todos los mensajes de error, señaló, están en inglés.

“Tenemos personas analfabetas que se vieron obligadas a pagar hasta 500 dólares para ayudar a llenar la aplicación”, dijo Nelson, describiendo la situación de los solicitantes de asilo haitianos en Tijuana.

A Jake Wiener, abogado del Centro de Información de Privacidad Electrónica, o EPIC, una organización con sede en DC que se enfoca en la privacidad y la libertad de expresión, le preocupa que “una aplicación que funciona mal pueda disuadir a las personas de solicitar asilo o generar desconfianza en los programas que son diseñado para proteger y beneficiar a los solicitantes de asilo”.

Cuando CBP presiona a los migrantes para que usen una aplicación como CBP One, les piden que confíen en ellos para manejar sus datos de manera segura y usarlos de manera responsable.

A Jake le preocupa que la nueva tecnología “cree muros fronterizos virtuales”.

“Cualquier tecnología debe usarse para resolver problemas reales y mejorar el acceso a los servicios”, agregó Jake, “no para expandir la vigilancia y desalentar a los migrantes”.

La dependencia de la nueva tecnología puede ser frustrante para cualquiera. Cuando se trata de una cuestión de vida o muerte, la frustración adquiere una nueva dimensión.

También puede ser traumático que la seguridad de su familia se vea afectada por una aplicación”, dijo Chelsea Sachau, abogada gerente del Equipo de Acción Fronteriza del Proyecto Florence sobre los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados.

“Muchas de las personas a las que servimos nos han dicho que se sienten impotentes para proteger a sus hijos y familias cuando no pueden conseguir una cita a pesar de intentarlo todas las mañanas”, dijo.

Gia Del Pino, miembro del personal de la Iniciativa Kino para la Frontera, ayuda a las personas a navegar por la aplicación CPB One durante una sesión de capacitación organizada por la Iniciativa Fronteriza Kino en Nogales, Sonora, el viernes 3 de febrero de 2023. Las personas que migran por seguridad han tenido problemas para usar la aplicación debido a varios errores y bloqueos frecuentes.

Gia Del Pino, miembro del personal de la Iniciativa Kino para la Frontera, ayuda a las personas a navegar por la aplicación CPB One durante una sesión de capacitación organizada por la Iniciativa Fronteriza Kino en Nogales, Sonora, el viernes 3 de febrero de 2023. Las personas que migran por seguridad han tenido problemas para usar la aplicación debido a varios errores y bloqueos frecuentes. Credit: Michael McKisson

Los peligros en México para quienes buscan asilo

Los problemas que enfrentan los solicitantes de asilo con la aplicación móvil van más allá de lo técnico. Las fallas de la aplicación tienen repercusiones que supera la cotidiana frustración que siente cualquiera que use la tecnología moderna.

Los solicitantes de asilo, por definición, huyen para salvar sus vidas. Y si bien muchos de ellos pueden haber dejado atrás los peligros más apremiantes — en América del Sur, el Caribe o en otros lugares — el norte de México ha demostrado repetidamente ser peligroso, incluso mortal, para los migrantes.

En los últimos años, mientras las sucesivas presidencias han tratado de bloquear el acceso de los solicitantes de asilo al territorio estadounidense, varias organizaciones han documentado ampliamente una serie de abusos contra los migrantes, que incluyen intimidación, extorsión, secuestro, violación, esclavitud y asesinato.

Omar, de 22 años, ha tenido problemas con la aplicación CBP One durante un mes. Está aterrorizado por lo que podría pasar con él.

Originario de El Salvador, Omar se vio obligado a huir luego de que una pandilla de su ciudad natal le diera un ultimátum: o se unía a ellos, o le dijeron que se iban a encargar de él.

Sabía lo que significaba encargar de él: una muerte casi segura. Así que él y su familia juntaron todo el dinero que pudieron, unos $700 dólares, y se dirigieron al norte.

Poco después de cruzar la frontera de Guatemala a México, dice que fue secuestrado por hombres armados con uniformes de policía. Sospecha que no eran policías reales, pero no está seguro. Después de tres días de amenazas y de ver a otro migrante golpeado hasta el precipicio de la muerte, escapó.

Sus tribulaciones en México no habían terminado.

Mientras seguía su camino hacia el norte en autobús, la policía lo robó y lo obligó a pagar un soborno para seguir viajando. Y una vez que llegó a Nogales, un grupo de jóvenes, reconociendo que no era local, le dijeron que tendría que empezar a pagar una cuota por vivir en Nogales.

Unos pocos días después de intentar por primera vez programar su cita en la aplicación móvil y encontrar seguridad al otro lado de la frontera, sin suerte, su teléfono celular se rompió. Eso significó que estuvo fuera de la jugada durante casi dos semanas mientras batallaba para reunir el dinero para comprar un teléfono nuevo. Finalmente consiguió un Samsung Galaxy S10e, que le costó más de $300.

Después de permanecer un poco más de una semana en el refugio de IKF, Omar ahora comparte un pequeño apartamento e incluso consiguió un trabajo. Pero después de más de un mes de batallar con la aplicación, todavía no ha encontrado una cita.

Omar dice que está siendo discriminado en Nogales. Le pagan menos en la lavandería donde trabaja que sus compañeros que son mexicanos y tiene miedo de pedir más. Con cientos de reportajes sobre casos de solicitantes de asilo extorsionados, secuestrados o asesinados, está tratando de mantener un perfil bajo en la medida de lo posible.

“Tengo miedo que algo me va a pasar. No iba a esperar en El Salvador para morir. Tampoco quiero quedarme aquí para morir”, dice Omar.

Las personas que migran en busca de seguridad utilizan trozos de papel para escribir información importante a la hora de llenar los requisitos en la app CBP One durante un taller organizado por la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, el 3 de febrero de 2023.

Las personas que migran en busca de seguridad utilizan trozos de papel para escribir información importante a la hora de llenar lso requisitos en la app CBP One durante un taller organizado por la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, el 3 de febrero de 2023. Credit: Michael McKisson

‘Quiero llorar’

“El estrés nos está matando”, dice Rafael, otro peruano en busca de asilo. Continúa haciendo gestos de molestia mientras lidia con su teléfono y muestra varios pantallazos con mensajes de error. En su teléfono se ve un círculo azul y el logo de CBP.

“No carga, no carga, no carga, no carga, no carga,” dice Rafael.

 “Es como si se están burlando de nosotros”, dice. “Quiero llorar”.

Al costado de Rafael, un hombre sostiene un pedacito de cartón que arrancó de una caja de dulces y donde escribió su correo electrónico y contraseña. Está en silencio y esperando ayuda pacientemente.

Otro hombre que lleva recostado contra una pared por lo menos veinte minutos, mira a la rubia en su pantalla e intenta lograr el paso de reconocimiento facial. 

“No me sale”, dice.

Omar dice, “Recuerdo cuando Biden, antes de ser presidente, dijo que iba a ayudar a los migrantes, pero está haciendo lo contrario”. 

“Danos un chance”, dice y su voz se quiebra a través del cubrebocas. “No venimos porque queremos, es por necesidad, es nuestro destino. No queremos hacer nada malo. Solo queremos vivir”.

Se acomoda la gorra hacia el rostro, intentando esconder sus lágrimas.

Ese es el constante dilema en México al que se enfrentan quienes buscan asilo: esconderse o pasar desapercibidos para no convertirse en el blanco del crimen y al mismo tiempo hacer visibles sus rostros al algoritmo de CBP, que en muchos casos, se niega a reconocerles.

Traducción por Laura Gómez

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John Washington is an investigative journalist based in Tucson with a focus on immigration and borders, as well as criminal justice and literature. His first book, "The Dispossessed: A Story of Asylum...