Julian Quijada Montiel ya parece sentirse cómodo en el campus de la Universidad de Arizona, aunque solo ha sido estudiante allí durante unas pocas semanas. Julian tiene 18 años y es el primer miembro de su familia inmediata en asistir a la universidad. También es el primero en graduarse de la escuela preparatoria.

Sentado a las afueras del centro de estudiantes en una tarde calurosa el primer día de verano, comiendo de un contenedor de comida para llevar del restaurante Panda Express, Julian emana tranquilidad y confianza.

Aunque Julian tiene una postura casi rígida, su sonrisa sencilla es de alguien un tanto encantador e intensamente enfocado.

Comparte tus historias

¿Estás buscando respuestas o trabajando para encontrar soluciones? Si eres padre, estudiante, maestro, consejero, administrador escolar, investigador educativo, defensor o cualquier persona relacionada con el sistema educativo, queremos saber de ti. Envía una nota a info@azluminaria.org.

Habla con un tono llano y lento, sin los típicos “eh”, “como” u otras palabras vacías, y parece parpadear rara vez. Su bigote negro apenas está creciendo. A pesar de su apariencia juvenil, en muchos aspectos podría fácilmente aparentar ser mayor por una década o más.

Antes de comenzar oficialmente las clases del semestre de otoño, está participando en un programa de orientación de la UA llamado New Start. El programa ofrece a los estudiantes de primer año entrantes – generalmente aquellos que son los primeros en sus familias en asistir a la universidad, junto con estudiantes transferidos – créditos de clases para tomar algunos cursos que los guíen sobre la vida universitaria.

En el otoño, empezará a especializarse en estudios mexicoamericanos y ciencias políticas, con énfasis en derecho y políticas públicas.

Julian dice que ser latino en los sistemas educativos, “significa tener la oportunidad de hacer que la academia sea más accesible y acogedora para futuros estudiantes latinos y también conocer a otros latinos que han pasado por esto, lo que puede ayudar a que la experiencia sea más fácil, ayudarte a crecer y sentir que perteneces”.

Quiere comprender y cambiar las inequidades en el sistema

Nacido y criado en la ciudad de South Tucson, Julian no empezó a aprender inglés hasta el kinder. Hablaba español en casa cuando era niño, y todavía es el idioma principal en su hogar.

Si bien sintió que su escuela primaria, Mission View, tenía dificultades por la falta de fondos, Julian no reconoció lo que él y sus compañeros de clase se estaban perdiendo hasta que comenzó la escuela secundaria en Mansfeld, que está en Highland Avenue y Sixth Street, frente al campus de UA.

Las diferencias entre las escuelas fue evidente, dice: “Noté una gran diferencia. Vas a las clases y tienen todos los materiales que necesitas. Incluso es hasta más limpia”.

Las diferencias, dice, pueden ser barreras para la educación y el desarrollo.

Señala otras desigualdades, como la pequeña biblioteca del vecindario cercano en donde creció y aún vive. Recuerda que solo tenía un par de computadoras y palidecía en comparación con las bibliotecas del condado en las partes más ricas de la ciudad. Aún así, dependía de la biblioteca local, así como de las opciones de los programas extracurriculares en Mission View, ya que su madre tenía tres trabajos para poder mantenerlo a él y a su hermana mayor.

“Ver a tu madre trabajar en tres empleos definitivamente te muestra la importancia del trabajo duro”, dice. “Definitivamente te da una razón para seguir adelante. Y sé que ese es uno de mis mayores motivadores cuando se trata de la escuela, asegurarme de que puedo demostrarle a mi madre que su esfuerzo valió la pena”.

Los latinos representan aproximadamente el 45% de todos los estudiantes en Arizona. En solo tres años, para el 2026, se espera que ese número supere el 50%, según la Fundación de Educación Helios. En las tres universidades públicas de Arizona, los latinos están significativamente subrepresentados, pero sus números están aumentando.

Según un informe reciente de la Junta de Regentes de Arizona, el organismo rector de las universidades públicas del estado, “la inscripción de poblaciones históricamente subrepresentadas: afros, hispanos y nativos americanos, aumentó un 3.2% desde el otoño de 2021, continuando una tendencia de crecimiento continuo de la inscripción”. En el otoño de 2022, había 42,874 estudiantes universitarios hispanos en las tres universidades públicas, o poco menos del 20% del total de 220,105 estudiantes.

La población total de latinos en el estado es un poco más del 30%.

“Ser latino en la educación”, dice Julian, “significa que constantemente te enfrentas a diferentes grados de choque cultural, desde ir a clases con sólo personas blancas hasta estar en un salón donde aún no comprendes completamente un idioma”.

“Significa”, continúa, “sentir que no perteneces a tu aula u otros entornos académicos, independientemente de tus logros, porque nadie en ese salón se parece a ti, habla como tú o ha vivido la experiencia latina”.

Su primaria, secundaria y preparatoria son escuelas Título 1, que es una designación oficial de una institución en la que al menos el 40% de sus estudiantes provienen de familias de bajos ingresos. Dichas escuelas califican para subvenciones federales destinadas a garantizar igualdad de acceso a una educación de calidad para todos los estudiantes.

Fue en la preparatoria, en Cholla High, justo al sur de la montaña A de Tucson, donde Julian comenzó a profundizar en patrones de desigualdad. Cholla fue la primera preparatoria en Tucson en ofrecer el programa de Diploma en Bachillerato Internacional.

Los cursos, parecidos al Advanced Placement, le dieron la oportunidad de explorar los sistemas detrás de las desigualdades. Tomó un curso de historia con enfoque en la perspectiva mexicoamericana, así como cursos avanzados de química, inglés, matemáticas y árabe.

Esa educación formó en él una perspectiva que le permitió hacer un análisis amplio y profundo, que según él lo impulsa a entender y, con suerte, a romper el ciclo de desigualdades que han minimizado a personas como él durante generaciones.

“Todo se origina en la opresión”, dice. “Establecen límites, segregan a las personas racializadas, las colocan en sus pequeñas áreas en donde reducen la financiación, lo que lleva a una educación y una infraestructura deficientes. Y una vez que eso está ahí, es simplemente un ciclo mantener a las personas dentro de esas áreas. No reciben educación, no se gradúan ni asisten a universidades, no descubren cómo tener éxito en el mundo real, hacer su propio dinero y construir riqueza generacional y salir de este ciclo”.

Es un modelo a seguir

El ya estar en el camino universitario y ver un futuro amplio por delante hace que sea aún más importante abordar las inequidades en las oportunidades que aún él enfrenta, dice.

“Siempre he sentido que sería importante discutir por qué existe esta desigualdad e inequidad en la educación, especialmente en los Estados Unidos, y cómo históricamente llegamos a esto, y qué podemos hacer para cambiar eso”.

Ve ese cambio como necesario tanto a nivel sistémico como individual.

Julian quiere ser un modelo a seguir para su joven sobrino, que tiene 4 años. “Es muy desalentador ver que nadie en tu familia que se parece a ti, habla como tú o tiene la misma historia que tú, va a la universidad”.

Dice que el ejemplo que está dando a su sobrino está “abriéndole un mundo nuevo, mostrándole que está al alcance de personas como nosotros”.

Julian planea quedarse a vivir y trabajar en la comunidad donde creció. Quiere retribuir algo, con la esperanza de trabajar en los distritos escolares de Tucson para impulsar una educación más equitativa para todos.

Quiere ser un educador que enseñe a los niños que tienen el poder de “asegurarse de que tu raza o tu clase socioeconómica no defina qué tipo de educación recibes”.

Este reportaje es parte de una serie de perfiles posibles gracias al apoyo financiero del Arizona Community Foundation para impulsar reportajes a fondo sobre la educación latina, sus oportunidades y sus brechas.

Créditos

Editora: Irene McKisson Editora de Copia: Beatriz Limón, Dianna M. Náñez Fotos: John Washington Traducción: Laura Gómez Rodriguez

Creative Commons License

Republish our articles for free, online or in print.

John Washington is an investigative journalist based in Tucson with a focus on immigration and borders, as well as criminal justice and literature. His first book, "The Dispossessed: A Story of Asylum...